Una Cultural de más a menos empata ante el Celta B (1-1) en el debut de Isra Martínez en el banquillo leonés
Ocurre un hecho perenne con las maldiciones, y es que estas perduran en el tiempo hasta que su hechizo no es disuelto. Porque los aledaños que envuelven al equipo del Bernesga y el Torío son bien conocedores de ese tipo de ‘mal de ojo’ a lo largo de su historia. Mismamente, el año de inauguración de la vieja Puentecilla, con los leoneses en Primera División, ocurrió el traspiés de que los blancos no lograban sacar ningún punto en su feudo. Nada que un buen chorro de orujo y unas coplas al Santo Pellejero se encargaran de arreglar.
Y, más actual, el Reino de León ha visto un gran número de ellas. Como esa en la que el primer goleador de la temporada acaba abandonando el equipo, o la de que cuanto más cerca se está del triunfo, sucede el estrellato. Y, precisamente, esta última ha recalado bien fuerte en el banquillo leonés. El encuentro ante el Celta B, con poderío en un principio para los de blanco fue, poco a poco, deparando un final en el que los gallegos pudieron incluso sacar los tres puntos.

Percan cortó su mala racha con un zapatazo tras una gran asistencia de Obolskii. Pero, caprichoso es el destino, una jugada a balón parado, otra vez, decretó que Gael Alonso dibujara el, a la postre, 1-1 en el marcador. Percan pudo sentenciar ante un acertado Ruly. E Iker Losada pudo hacer lo mismo en prácticamente la última jugada del partido, pero Salvi volvió a salvar los muebles. Edu Docampo o Isra Martínez, el encuentro cogió el camino favorito en esta segunda vuelta.
Una ‘cabezada’ que no sella la permanencia
Porque se esperaban cambios, y estos llegaron. Cristian Pérez y Alberto Solís partieron como titulares en un encuentro que, durante los cinco minutos finales, jugaron los tres leoneses de la plantilla al unísono. Con la primera alineación titular de Isra Martínez, el encuentro comenzó plácido para ambas escuadras. Carrique inquietaba la banda derecha leonesa, pero no la portería blanca. Sin embargo, el primer golpe sería del Reino.

Percan, enterrando a sus demonios, abría la lata en el primer cuarto de hora rompiendo dos maldiciones: la suya personal de cara a puerta y la de anotar en la primera parte en esta segunda vuelta. Y, por cierto, la asistencia de Niko Obolskii volvió a situarlo como el único jugador de la plantilla en haber participado en todos y cada uno de los goles del equipo en la segunda vuelta.
El encuentro cogió fuerza. Roberto Alarcón se atrevió de volea, aunque esta se fue por encima del larguero. El propio Percan, tras un barullo dentro del área, casi se saca la ovación con un taconazo que no encontró puerta. Los gallegos tan solo incomodaron en una ocasión a Salvi con un disparo lejano de Losada que atajó sin problemas el malagueño.

Aunque, ya se sabe, las maldiciones son perennes, y la segunda parte se encargó de demostrarlo. Los cambios en la medular de los de Giráldez, con Sotelo y Tincho como piezas clave, tiñeron el balón de celeste; y las ocasiones no tardarían en llegar. Primero el propio Tincho, dentro del área, no conectó con fuerza un disparo que blocó sin problemas Carrasco.
Tras ello, mano a mano de Losada con el malagueño al que supo ganarse su nombre el arquero culturalista. Se necesitaba pulmón en el Bernesga, y este saldría en forma de Joseba Muguruza. Antes de ello, Sotelo hacía temblar la madera blanca con un zurriagazo que se estrelló en la propia cruceta. A estas horas aún tiembla el palo leonés.

Y, como bien dice el dicho, quien la sigue la consigue, y los nubarrones volvieron a tapar la soleada mañana en el Reino. Jugada a balón parado con dirección al segundo palo, despiste de Jesús Álvarez en su pareja de baile, y cabezazo de Gael Alonso para hacer el 1-1. Jarro de agua fría que, no obstante, no hizo bajar los brazos a los blancos.
Un centro raso de Muguruza no finalizó en gol por un centímetro de la pierna derecha de Niko Obolskii. Y, si no era el autofallo, lo fue un imponente Ruly García que, ante sus paisanos, le arrebató a Percan el sabor del segundo tanto. El encuentro finalizaría con la más clara del Celta B, un disparo buscando la escuadra de Sotelo que bien se encargó Salvi de despejar a la nada. Un punto en el estreno de Isra a los mandos. ¿Suficiente? El paso de la jornada lo dictará.
Fotografías: Irene Rodríguez