La Cultural cae en Córdoba (2-0) y prorroga una crisis que ya se extiende seis jornadas
30 de abril de 1989. La Cultural cae ante el Racing de Ferrol en A Malata por 2-0 y encadena cinco encuentros consecutivos sin ver portería, los disputados frente a Real Avilés, Basconia, Durango y Bilbao Athletic. Casi 34 años han pasado para volver a revivir una sequía goleadora que ya dura 474 minutos en las orillas del Bernesga.
Una racha que se prorroga a seis jornadas en cuanto a partidos sin conocer la victoria se refiere. Una situación agravada por ese noble arte contagiado en los futbolistas de Docampo de resucitar rivales que parecían muertos. Algo que comenzó en Ceuta, siguió en Fuenlabrada, dio la puntilla en Pontevedra, cayó ante Algeciras y remató en Córdoba. Porque todos y cada uno de los equipos anteriormente citados llegaban a la cita con los leoneses con algo en común, una mala racha sin precedentes en la temporada.

Y, tras este 2-0 en la capital cordobesa, los leoneses han pasado de padecer el síndrome de Lázaro a protagonizar la Noche de los Muertos Vivientes de George A. Romero. Un cementerio que, poco a poco, se va vaciando en favor de una Cultural que ya ha echado el ojo a una cripta para un futuro nada halagador.
La sentencia llegó en la primera parte
Poco o ningún recuerdo queda de esa Cultural que, tras un 2-0 ante el Mérida en el Reino, besaba los puestos nobles de la clasificación. Esa Cultural que había blindado su portería y que había puesto la quinta marcha en su faceta anotadora. Ese equipo vertical, llegador y que enamoraba a vivos y muertos. Debieron mirarse los de Docampo tras encadenar tres victorias consecutivas en un retrato similar al de Dorian Gray, puesto que tras ello, el reflejo de ese equipo es todo lo contrario.
Y frente al Córdoba, el inicio del encuentro fue una auténtica pesadilla. Kike Márquez avisó de su peligro a las primeras de cambio con un disparo que se fue lamiendo el poste defendido por Salvi. No perdonaría dos veces. El veterano futbolista del cuadro andaluz se sacó de la chistera un derechazo que durmió en la escuadra del conjunto leonés. Golazo fue, pero nada de suerte en la jugada.
Queriendo reaccionar, Percan encontró el premio del gol tras un mano a mano que finalizaba con vaselina. Pero el línea decretaba que ese tanto partía de posición incorrecta; bien pitado. Andy Kawaya, este domingo titular, querría sacar los «olés» en la grada con una gran jugada que, sin embargo, finalizaba Álex Blesa rumbo a la Mezquita. Preludio perfecto para que el segundo del Córdoba se dibujara en un estadio que no conocía otra cosa que la derrota en sus cuatro últimas citas.

Jugada por la derecha de los andaluces y el pase de la muerte que no logra rematar Márquez. Sin problemas para un Simo que se encontró el balón muerto para marcar a gusto y placer. Con el 2-0, los leoneses ya habían exhumado a un nuevo rival. Y pudo ser la resurrección mucho más sonada si Salvi Carrasco no hubiera evitado el 3-0 rival con una gran parada a Casas.
Se necesitaba tiempo muerto, y este llegó con el descanso. Las bajas en defensa de Castañeda, Trigueros, Amelibia y Saúl pesaban a la zaga leonesa, que bien es cierto que echó el candado en los siguientes 45 minutos. Pasito adelante de los leoneses ante un Córdoba que quiso matar el partido, pero que se encontró con una nueva parada antológica de Salvi tras un cabezazo de Casas.

Hasta el minuto 63 no se vería el primer y, a la postre, único disparo de la Cultural entre los tres palos; un mano a mano de Percan que sacó bien el meta local. Tras ello, la Cultural lo intentaría. Entraron a escena Solís, Obolskii y Querol. Pólvora mojada para un equipo que navega ahora mismo debajo del agua. El pitido final dejó varios datos a tener en cuenta en los aledaños del Bernesga.
Con dos puntos cosechados, los leoneses igualan su peor arranque de segunda vuelta en los últimos 93 años, además de igualar la peor racha que experimentaron la pasada campaña con seis encuentros consecutivos sin conocer los tres puntos. Llega el Alcorcón líder el siguiente finde. El Reino de León será testigo si ese cementerio blanco guarda un ataúd a medida para los amarillos o si, por el contrario, este tiene más forma de Rey de la Selva.