La Cultural cae ante el Algeciras (0-1) y encadena 372 minutos sin ver puerta
Dicen que el agua no puede faltar en tres circunstancias: en una película de James Cameron, tras una noche en la que la bebida favorita es la que se mide en grados y en una travesía por el desierto. Una travesía que, en los aledaños del Bernesga, ya dura 372 minutos. Cuatro encuentros y medio prácticamente que los caminantes de Eduardo Docampo afrontaron sin agua en sus cantimploras.
Y la palabra «caminantes» no se erige al azar, puesto que, nuevamente, esos que visten de blanco se ciernen como los ‘resucitadores’ oficiales de la categoría. Ya entonaron el «¡Levántate y anda!» ante Ceuta, Fuenlabrada y Pontevedra. En esta ocasión, el moribundo revivido ha sido un Algeciras que llegaba al Reino tras no conocer la victoria desde el pasado 10 de diciembre de 2022.

Una situación nada cómoda para el club leonés que, en justamente un mes, ha pasado de situarse a un punto de los puestos de playoffs ganando posiciones a rivales directos, a ser ese aliado de Lázaro o George A. Romero en una travesía por el desierto que cada vez lo aleja más de ese deseado oasis.
Pepe Mena prorroga la sequía leonesa
Los astros se alinearon, esos que apodan Araujo y Toscano; algo que hacía que esa estrella llamada Andy Kawaya pudiera estar este domingo sobre el verde leonés. Un intento de buscar agua en el desierto que, de momento, tan solo ha seguido siendo arena.

Un encuentro en el que, nuevamente, la pólvora se mojó. Kevin Presa comenzó la intentona de cantar al fin gol con un disparo desde la frontal que acabó manso a las manos de Rubén Miño. Respondería rápido el conjunto algecireño con un cabezazo de Roni que atraparía sin problemas Salvi Carrasco. Esa estadística tan popular que se ha puesto de moda esta semana, la de los Goles Esperados, volvió a castigar a los leoneses con un mano a mano de Percan que estrellaba en el cuerpo del meta rival.
Y ahí estuvo la fórmula vudú mágica con la que revivió el Algeciras. Primero Elejalde quiso quitar las telarañas de la portería de Salvi, mas el zapatazo se marchó lamiendo la escuadra. Tras ello, el poste salvó a los leoneses de un disparo cruzado de Roni.

Se mascaba la tragedia en el Reino, y esta llegaría recién comenzado el segundo acto. Despiste de la zaga leonesa en un centro desde 20 metros del Algeciras. Balón al borde del área pequeña y cabezazo picado de Pepe Mena para poner el 0-1 en el marcador y romper una maldición de siete partidos. La Cultural, pasiva, no tenía otra que ver cómo, nuevamente, era el otro equipo el que celebraba el tanto.
Ante ello, Docampo quiso frotar la lámpara mágica con el re-debut de Andy Kawaya. Tenía ganas el belga de poder sentirse futbolista de la Cultural otra vez, pero la sequía no sería calmada. Buenos detalles del 18 culturalista, pero en la que primera que dispuso no calibró bien la escopeta, y la falta se fue por muy lejos alejada de la portería de Miño.

Mientras tanto, Salvi Carrasco mantenía a los suyos con lo que mejor sabe hacer. Primero paradón a Roni con una increíble mano en el uno contra uno. Tras ello, Pepe Mena, el goleador, lamentaría la tardanza en el disparo y el buen pie, haciendo las veces de guardameta de fútbol sala, del guardameta malagueño. Los leoneses intentaban acercarse, pero el encuentro, como en Pontevedra, pronosticaba que durara lo que durara, el tanto nunca llegaría.
Quien sí pudo llegar, y en varias ocasiones, fue el segundo del Algeciras. No lo hizo, tampoco hizo falta. El pitido final en el Reino no trajo consigo nada. Un Reino de León frustrado, poco a poco vaciado, no quiso castigar de más a los suyos. A veces, el silencio es la mejor palabra. La Cultural prosigue buscando su oasis en un desierto cada vez más grande. Mal momento para que el agua se haya evaporado.
Fotografías: Irene Rodríguez