En 1994 el equipo leonés, conformado mayoritariamente por trabajadores de la empresa minera, vivió el hito de competir en la tercera categoría del fútbol español
La rutina de un futbolista el día que debe vestirse de corto pasa por un almuerzo contundente, una correspondiente siesta para relajar la mente y saltar a un terreno de juego impoluto junto al resto de sus compañeros. Una ecuación de la que los integrantes de la antigua SD Hullera Vasco-Leonesa solo cumplían la última parte. Y es que no hace mucho tiempo atrás, tres décadas hará en 2024, los antecedentes previos a la disputa de los encuentros del club de Ciñera de Gordón eran totalmente inimaginables.
“Tras una jornada en la mina en la que acababas cansado, mojado y embarrado, teníamos que cambiarnos, ponernos las botas, y salir a entrenar”, cuenta Avelino Fernández, minero durante el día y guardameta del club leonés por las tardes. Como él, la gran mayoría de integrantes de aquel equipo de mediados de los años 90 tenían que compaginar la práctica de una pasión junto a la peligrosidad y sacrificio de su profesión. Y, de igual forma que en la historia de David contra Goliath, aquel equipo que entremezclaba dos mundos totalmente distintos, se sobrepuso a aquellos que tenían más comodidades.
Porque la temporada 1994/1995 quedará en la historia del fútbol de la provincia como la campaña en la que esos que taladraban el interior de la Montaña Central Leonesa se erigieron, con los descensos de la Cultural Leonesa y la Ponferradina a Tercera, como el mejor equipo de la ‘tierrina’. Un ascenso, como cuenta uno de sus exfutbolistas Ramón González ‘Ramonín’, “totalmente rocambolesco”. “Estábamos a dos días de empezar una nueva temporada en Tercera cuando conocimos el descenso administrativo del Real Burgos y no nos pensamos la oportunidad de ocupar la plaza”, relata González.
De esta forma, cambiaron su estreno en alguno de los campos de Tercera en Castilla y León por el de un mítico estadio como Mendizorroza. “Caímos contra el Alavés 2-0, pero ese partido nunca lo podré olvidar”, expresaba ‘Ramonín’. En aquella temporada llegaron a vestir la elástica de la Hullera futbolistas como Diego León, que más tarde representaría los colores del Sporting de Gijón. Una campaña que, finalmente, se saldaría con el descenso de categoría tras haberse codeado con equipos de la talla de Numancia, Alavés o los filiales de Real Sociedad, Osasuna o Zaragoza.
Precisamente del enfrentamiento contra los maños recuerda Gil Fernández, cronista del equipo minero, que “llegó el equipo a Ciñera después del partido en Zaragoza muy por la mañana y casi toda la plantilla agarró la mochila para irse a trabajar en la mina”. Una temporada 1994/1995 en la que la Hullera tuvo la anécdota de ser el equipo que más partidos se vio obligado a aplazar debido a las condiciones del campo. “Estamos hablando de un estadio [el de Santa Barbara] al que la luz solo llegaba dos horas al día, por lo que en los meses de invierno no había césped de la cantidad de nieve y barro que se acumulaba”, recuerda Fulgencio Fernández, otro de los cronistas del equipo leonés.
Hasta la fecha, la Hullera continúa siendo uno de los equipos más modestos en haber competido en la tercera categoría del fútbol español. El pasatiempo de unos trabajadores de la mina que, con la ayuda de una comarca entera, lograron grabar su nombre en la historia del balompié nacional. En la actualidad, el equipo vive ya solo en los recuerdos de una época mejor para la provincia leonesa. “El fin del equipo marcó lo que sería el fin de la minería en León”, expresaba Fulgencio Fernández.
