La Cultural y Deportiva Leonesa cae en su estreno con un tanto del CD Badajoz en el minuto 86 (incluye vídeo resumen)
Sucede un fenómeno en todas las fiestas y festejos de este país. Y es la rutina. Ya sean los San Fermines pamploneses, la Astena Gusia bilbaína o el querido San Froilán de esta tierra, el itinerario de dichas celebraciones seguirá el mismo guion pactado. Una inauguración, chupinazo coloquialmente dicho, y el resto de la programación pactada. Este domingo, la Cultural ha calcado el comienzo de su campaña, la del Centenario, con los símiles de pasados años.
Ese primer gol en contra. Ese primer tanto maldito que, como una tradición, ha mojado la pólvora de el chupinazo a la temporada del Centenario. Parecía que lo del pasado curso frente al Rayo Majadahonda se quedaría en anécdota para contar en mejores épocas. Pero en esta ocasión, y siguiendo la tradición, el estreno en contra de los leoneses ha quedado retratado por la mala suerte y la parodia.

Una jugada rocambolesca, en la que un disparo sin apenas control de Francis coge la ‘mordida’ suficiente para que Cristian Pérez no consiga cerrar las piernas a tiempo y, en un ligero toque, imperceptible al ojo humano, acabe por introducir el cuero en las mallas leonesas. «¡No te creo!», se suspiraba en la grada. Comiencen a creer, puesto que desde un ya lejano 2018, la Cultural no ha tenido esa suerte divina en sus estrenos en casa.
La Cultural, de menos a más
Era la cita idílica, en el tiempo perfecto. Domingo por la tarde de un caluroso final de agosto. Cómo en los viejos tiempos. Los aficionados calentaban la previa en los diferentes bares de la capital leonesa, y los coches, bicicletas y motos comenzaban a llenar el aparcamiento del feudo ‘cazurro’. No era una tarde cualquiera. Era el estreno oficial del club, y en su época más dorada, la de los 100 años.

La primera noticia del día no sorprendía. Edu Docampo daba entrada a los que más lo habían merecido en pretemporada, con las actuaciones premiadas de Salvi Carrasco y Diego ‘Percan’. Hasta el hermano del primero se divertía con el resto del aficionado leonés en las horas antes del estreno de su equipo. Y qué mejor encuentro para probar la valía del guardameta malagueño que el vivido este domingo en el verde del Reino.
Tras unos primeros instantes de lucha, el Badajoz tomó el papel del protagonista. Un resbalón de Saúl González propició un remate a boca jarro de Zelu dentro del área. Pero ahí estaba Salvi para repeler el disparo. Sin tiempo para que la muchedumbre bajara los brazos tras el festejo de esa intervención, el malagueño voló para evitar que el disparo de Francis entrara por la escuadra.

La primera parte pedía a gritos el descanso, y este tardó en llegar. La sala de máquinas del centro del campo leonés no carburaba como en encuentros anteriores. Mas ahí estaban Jon Ander Amelibia y Cristian Pérez para evitar la sangría pacense. Se necesitaban cambios. Un borrón y cuenta nueva para la segunda mitad. Y esta llegó con Pablo Trigueros y el cambio total de esquema.
Sin el 4-3-3, el equipo empezó a jugar. Obolskii pasó de ser el maratoniano de la primera parte, al pivote de fútbol sala de la segunda. Bajando balones y sirviendo el juego de espaldas. Solís dispuso de la primera. Un disparo que salió por encima del larguero. Probó Saúl González instantes después, con el mismo resultado. Se marchó Percan y entro Aarón. Y el leonés quiso regalarnos el que hubiera sido el gol de la jornada.

Se revolvió el canterano entre tres rivales, y en última instancia sacó un disparo con billete en preferente a la escuadra. Sin embargo, cuando se gritaba gol, Kike Royo activó el gadgeto brazo para mandar ese cuero a córner. Con Claudio Medina en el césped, el juego se volcó más al área rival. Se masticaba el tanto, la grada sonreía de verdad. Y, en esos momentos de júbilo, llegó la tormenta perfecta.
Internada por la izquierda del Badajoz. El balón llega a Francis solo dentro del área. Su disparo sale defectuoso, pero es tal la rapidez que no da tiempo a Cristian Pérez a calcular el despeje y el balón acaba entrando, más que llorando, riéndose, en la portería. 0-1 y los extremeños celebrando el ascenso. Manos a la cabeza de los leoneses, de los 3.577. Y aún faltaba lo peor. Lo más cruel para este estreno en casa.

En una de las últimas oportunidades para volver a hacer el empate, Cristian Pérez remató el cuero tras un saque de esquina directamente a la madera. Con esa mala suerte de que en vez de botar dentro de la línea de gol, el balón se marchó por donde vino. Aún pudo hacer el segundo el Badajoz, pero Salvi demostró quién era el MVP del encuentro de este domingo.
Chupinazo sin pólvora a la temporada del Centenario. Un estreno desafortunado en casa en la campaña más especial de todas. El aficionado leonés bien es cierto que ya está curado en salud en estas situaciones. El año es largo, e ilusionante. Pero, al menos en esta ocasión, los leoneses tendrán que aprender que no siempre las tradiciones están para repetirlas.
Fotografías: @rcirene