Los blanquiazules soplan el centenar de velas en el mejor momento de su historia tras abanderar durante un siglo el nombre de El Bierzo por los campos de todo el país
«Tu pasado, Deportiva triunfante de combates y trofeos sin fin, ya te invita a seguir siempre adelante. Siempre adelante, gloria Atlética del Sil», canta el primer párrafo del himno de la Deportiva. Unos acordes que narran a la perfección el espíritu guerrero de esos que en un pasado hicieron frente a todo un Imperio, y que hace no mucho tiempo se jugaban la piel en el carbón.
Y es que este 7 de junio de 2022, la capital de El Bierzo se viste de gala para celebrar los 100 años de su equipo, la SD Ponferradina. Un siglo de historia festejado por todo lo alto tras haber finalizado una de las mejores, si no la que más, temporadas del equipo que abandera a toda una región.

Un centenar de velas que los aficionados pueden ya soplar con orgullo por los colores blanco y azul. Un hito que convierte al equipo berciano en el más antiguo del fútbol leonés, aunque muy cerca seguido por sus vecinos de la parte alta como el Atlético Bembibre, también con su acta de nacimiento en 1922. Diez décadas en las que la Deportiva ha regalado a sus seguidores momentos inolvidables y que ya estrenan la página número 100 en su libro particular.
La historia de una camiseta blanquiazul y de un castillo
Fue el 7 de junio de 1922 cuando un grupo de ciudadanos de Ponferrada se reunió con la consolidada idea de crear un equipo de fútbol que representara a toda una ciudad, comarca y región. En dicho encuentro, se recoge en el libro de actas la formación de la Junta Directiva, presidida por Rogelio López, así como los elementos que marcarán la historia de los bercianos: un jersey con rayas blancas y azules, un castillo rojo como escudo y las siglas S.D.P., Sociedad Deportiva Ponferradina.

Construido el esqueleto, comienzan los preparativos para su puesta en escena. Ante los pocos recursos económicos de la época, se decide llevar a cabo el proyecto de situar el campo en el interior de su casa por antonomasia, el Castillo Templario. Sin embargo, la idea es echada para atrás por el mismo Alfonso XIII, que declara a la fortaleza como Monumento Nacional.
Sin problemas para los bercianos, que adquieren unos terrenos en el Campo de Santa Marta, donde comienzan las obras de la que será la primera casa de la historia del equipo blanquiazul. Y qué mejor estreno en la práctica del fútbol que todo un derbi ante la Cultural y Deportiva Leonesa el 8 de septiembre de 1923; partido que pasa a la historia como el primero de los ponferradinos.
La maquinaria comienza a carburar
Tras unos primeros años en los que los amistosos sirvieron como preámbulo de la verdadera función, en 1926 la Deportiva queda encuadrada en la segunda categoría de una conjunta Federación de León y Castilla. Una prueba de fuego que los blanquiazules superan con éxito, ascendiendo ese mismo año a la primera categoría y adjudicándose la Copa Federación.

Ya no se moverían los ponferradinos de la primera categoría regional, adjudicándose el título en 1935 y siendo subcampeones al año siguiente. Tras el parón a causa de la Guerra Civil, los bercianos ayudan a la RFEF a volver a poner en marcha las competiciones en 1939, incluyéndose los blanquiazules en la Federación Asturiana de Fútbol y disputando los partidos en la primera categoría hasta el ascenso a Tercera en 1943.
Un hito histórico para el club, que en aquel entonces ya era reconocido como una fuerte potencia del noroeste peninsular. Algo que posibilita la condecoración a Fernando Miranda, presidente del club, con la medalla del mérito deportivo. En 1946 logra el subcampeonato de Tercera División, aunque no consigue la regularidad suficiente en los años posteriores, descendiendo a Regional en 1948 para, el mismo año, regresar a Tercera.
El rey de la montaña
Tras otro subcampeonato en 1954, la Deportiva logra su techo de la época ganando el título liguero en su grupo en 1958; hazaña que le lleva a disputar la fase de ascenso. El rival es el Barakaldo, y tras el encuentro de ida y vuelta, la eliminatoria se lleva a un tercer partido en Burgos, donde los bercianos caen por 2-1 ante los vascos y finalizando el choque con siete jugadores sobre el campo. Aún hay carteles de «se busca» con el nombre del trencilla.

Los bercianos se convierten en un duro hueso que roer en Tercera, y su regularidad hace prever que pronto volverán a jugar por el ascenso. Tras unos años quedándose a las orillas, en 1964 finalizan segundos y se clasifican para los playoffs. Nuevamente caen en la promoción ante el Deportivo Fabril. Dos años después se alzan campeones del grupo con tan solo un partido perdido, pero el Eldense les arrebata el sueño del ascenso. En 1967, tras finalizar segundos, es el Langreo el que se entorpece en sus caminos.
Esa sería la última vez en dos décadas que los blanquiazules lucharan por el ascenso. Y es que, a partir de 1968, el club comienza a dibujar una curva descendente en su plano económico; perdiendo posiciones a medida que las temporadas avanzan. En 1974 se confirma la crónica de una muerte anunciada y los bercianos descienden a Regional.
Resurgir de las cenizas
Tras la pérdida de categoría, el equipo se ve obligado a hacer las maletas y abandonar el campo de Santa Marta. ¿El destino? un estadio a diez kilómetros de la ciudad en el que, a la larga, comenzará a escribir el resurgimiento del club: Fuentesnuevas. Allí ya está bajo los tres palos un mito del club como Eduardo Fernández. Y el ascenso no tarda en llegar. En 1976, con solo cinco encuentros perdidos, regresan a Tercera. Nunca más los blanquiazules volverían al fútbol regional.

El camino en las diez temporadas siguientes va fraguando lo que no costará predecir como un nuevo ascenso. Antes, en 1980 disputan su primera Copa del Rey, cayendo en tercera ronda con el Sporting de Gijón. Ese mismo año, los bercianos finalizan segundos, y nuevamente luchan por el soñado ascenso. Un sueño que es arrebatado, en la última ronda, por el Erandio.
El equipo no se rinde, y en 1986 vuelven a finalizar segundos, disputando la fase de ascenso. Por vez quinta, ese ansiado cambio de categoría se prorroga al caer en la tanda de penaltis ante el Mallorca. El destino tenía reservado un mejor plato para los bercianos. Y es que al año siguiente, en 1987, tras solo perder tres de los 40 encuentros ligueros, los de Arlindo Cuesta se llevan el campeonato y, con ello, el ascenso a Segunda B.
¡Siempre adelante!
El debut en Segunda B se salda con notable alto al finalizar en cuarta posición. Sin embargo, en las temporadas siguientes los bercianos se dan cuenta del groso de la competición. En 1994, tras acabar el campeonato en penúltima posición, los blanquiazules vuelven a Tercera, donde estarán cinco temporadas.

En 1998 finalizan terceros, pero caen en la fase de ascenso. Situación que se repite al año siguiente con el esperado final feliz de la vuelta a Segunda B. La temporada 98/99 será la última de los bercianos en Tercera. La entrada de siglo sirve para que los ponferradinos se asienten a la competición. Algo bueno estaba a punto de ocurrir. En el año 2000, Fuentesnuevas dice adiós, y los bercianos se mudan a El Toralín.
En 2005 logran su techo histórico al acabar primeros en Segunda B, pero se quedan sin el premio de saborear la plata. Como siempre, el destino estaba reservando a los de ‘Pichi’ Lucas un final mucho más sabroso. En 2006, tras finalizar cuartos la temporada, logran el billete nuevamente para los playoffs. Primero se deshacen del Universidad de Las Palmas y tras ello, se dieron cita con el Alicante. Tras un 1-1 en Ponferrada, el encuentro se decide con un gol de Fran en el último segundo en Alicante. La Deportiva asciende a Segunda División.
El Botillo Mecánico
Una categoría nunca antes vista. Los bercianos se estrenan en Segunda División en la temporada 2006/2007, aunque descienden ese mismo año tras finalizar en vigésima posición. Sin embargo, tres años en Segunda B son suficientes para demostrar que los blanquiazules ya son un equipo de plata; logrando un nuevo ascenso en 2010 tras finalizar primeros en liga. Antes, en 2009, un joven brasileño llega procedente del Pontevedra. ¿Su nombre? Yuri de Souza.

Vuelven a bajar al año siguiente, con su posterior regreso a la plata en 2012. Y, en 2013, tras 41 jornadas luchando por meterse en los playoffs de ascenso a Primera División, los bercianos se quedan a un gol de entrar en la promoción, siendo la séptima su mejor posición histórica en Segunda. Algo que se vuelve a repetir en 2015.
En 2016 el equipo, tras una desafortunada temporada, desciende a Segunda B. Sería en 2019, tras finalizar segundos en liga, cuando los bercianos volverían a Segunda para quedarse. Todo ello hasta llegar a la campaña del Centenario donde, tras prácticamente toda la competición en puestos de playoffs, una mala racha al final los apeó del sueño de luchar por el ascenso en el año de sus 100 años.
Un siglo de historia canta muchas hazañas y epopeyas. Momentos crueles y, a la vez, cálidos e imborrables recuerdos. Porque la historia reciente de El Bierzo no se puede contar sin una camiseta blanquiazul a su lado. 100 años cumple la Deportiva, y esperando el ‘2’ en un futuro. «¡Luchad, blanquiazules, por honrar nuestra región».
Fotografías: SD Ponferradina