El regreso de la conmemoración de las Justas del Passo Honroso en la localidad de Hospital de Órbigo nos adentra a conocer las prácticas deportivas de la provincia en la época medieval
Tras dos años de parón a causa de la situación pandémica, Hospital de Órbigo volvió a poner en funcionamiento este domingo la máquina del tiempo para revivir las Justas del Passo Honroso. El acontecimiento histórico acontecido en el verano de 1434 en el que un noble leonés, Don Suero de Quiñones, se batió en torneo con más de 70 caballeros, rompiendo hasta 500 lanzas, por el amor de Doña Leonor del Tovar.
Unos torneos y justas que sirvieron en el pasado como un método de entrenamiento para los caballeros y nobles, así como un modo para afirmar los derechos de los que combatían. Una práctica que bien podría afirmarse como uno de los principales y más famoso deportes de la Edad Media. Sin embargo, en dicha época histórica de la humanidad, muchas fueron las disciplinas practicadas que, incluso, todavía llegan hasta nuestros días. En esta ocasión, con la ayuda del Dr. en Historia Ricardo Chao, repasamos los principales deportes que se practicaron en León más de 600 años atrás.
Deportes de combate
Sin lugar a dudas, el deporte por antonomasia más reconocido y autóctono de León, como lo es la lucha leonesa, es a la vez uno de los más antiguos de toda Europa. Una práctica surgida en épocas prerromanas, practicada en mayor medida por granjeros, ganaderos y agricultores, que fue evolucionando en el tiempo hasta el época actual. Variando sus reglas y características, como el significativo cambio del uso de la ropa como agarre a un elemento único como el cinturón.

Ya mencionados, a la orden del día se encontraban los torneos y las justas. Además de la conocida disciplina en la que dos contrincantes intentan derribarse o romper la lanza del otro situados a ambos lados del palenque, estos también eran protagonizados por combates con espadas, hachas u otras armas permitidas. Además de concursos de habilidades y estrategia.
Deportes de pelota
Como en muchas otras culturas, las prácticas deportivas que incluyen un elemento esférico de mayor o menor tamaño o peso ya estaban en la provincia desde hacía siglos. En las Cantigas de Santa María de Alfonso X ‘El Sabio’ aparece descrito un juego en el que una persona arroja una bola a otra que sostiene un palo, asemejándose a un béisbol antiguo.

En la provincia también se podría resaltar el ‘ferir la pelota’. Un deporte practicado por gran parte de la sociedad en el que se debía golpear una bola en el aire o a ras del suelo, ayudándose de las manos, los pies o con un palo; semejante a lo que podría ser el hockey o el hurling hoy en día. Aunque, sin lugar a dudas, el deporte más practicado en las viejas fronteras del Reino de León sería el ‘juego de palma’; una especia de tenis pero utilizando las manos en lugar de raquetas.
Deportes con animales
Además, por supuesto, de la utilización de caballos en las justas, también eran protagonistas en las corridas de toros. Y es que un primer indicio de esta actividad, que se realizaba siempre a caballo, tiene lugar en León en el 1144. En San Juan de dicho año, y con motivo de la boda entre Doña Urraca ‘La Asturiana’ (hija de Alfonso VII de León ‘El Emperador’) con García de Navarra, hubo las conocidas ‘fiestas de toros’ y ‘correr la gocha’.

Teniendo como protagonistas a las aves encontramos la cetrería. Una práctica de caza introducida por los árabes en el que, normalmente, halcones y azores eran utilizados para capturar otras aves al vuelo. Un deporte muy admirado por todos por su relación con la nobleza. Al igual que la caza mayor (osos, ciervos o jabalíes) y la menor (liebres o conejos), aunque esta más reservada al pueblo llano. Al igual que la pesca.
Deportes durante el reinado musulmán
Como parte de la historia, León también estuvo buena parte del medievo habitado por la población musulmana, y muchos fueron los deportes que quedaron en su historia. Uno de esos ejemplos fue la tabla, una práctica consistente en, a caballo, acertar a un blanco colgado en el aire con unos palos. O, más entretenido, el juego de las cañas. En el que dos equipos se arrojaban lanzas sin punta con el fin de ir eliminando al que fuera impactado; portando escudos para protegerse.

Teniendo como protagonistas animales, además también de las corridas de toros, se comenzó a practicar lo que hoy sería la hípica. En aquel entonces, estas competiciones consistían más en la velocidad de los corceles, efectuando una carrera entre dos jinetes con el objetivo de agarrar en primer lugar una lanza que estaba colocada en la meta del recorrido.
Fotografías: Isaac Llamazares (@isaacllamazares)