Desde el principio hasta el final, el equipo del Bernesga demostró una falta de conexión y planificación, agravado en la defensa y condenado en los resultados
Campana y se acabó. Con la derrota ante la UD Logroñés en el Reino de León, irónicamente coincidiendo con los cinco años del ascenso a Segunda División, los de Curro Torres pusieron el broche final a una temporada para olvidar; la peor en cuanto a resultados desde el regreso del fútbol en Tercera.
Y es que, desde el primer momento, una mala planificación deportiva, con un intento fallido de compensación en el mercado invernal, condenó a un equipo que, con una plantilla prácticamente nueva, no supo hacer frente a las piedras que en el camino se interponían. Los resultados al comienzo costaron la cabeza de Ramón González. Sin mejora en la segunda vuelta con Curro Torres.
Una campaña marcada, casi en exclusiva, por el mal hacer del plano defensivo del equipo. Finalizando la temporada con un total de 55 goles en contra; tan solo superados por los 64 del Real Valladolid Promesas. Algo que, en las primeras jornadas, supo contrarrestar el gran acierto de cara a la portería rival, siendo, con 61 tantos, el equipo más goleador del grupo. Pero que, con el paso de las jornadas, dejó ver el entramado de la situación.
Un estreno poco engañoso
El primer encuentro, derrota por 0-2 ante el Rayo Majadahonda en el Reino de León, serviría, a la larga, de preludio de lo que ese año iba a protagonizar la plantilla. Y es que en el recuerdo de todos estará el primer gol de la historia de Primera RFEF, obra de Rubén Sánchez tras un error garrafal de Dani Sotres en la salida. El espectáculo no había hecho más que empezar.
Diferente sería la primera visita, al Reina Sofía ante un Unionistas que mucho iba a dar qué hablar esta temporada. Los tantos de Aarón Piñán desde el centro del campo y de Rodri Suárez también señalarían la mejor noticia de este año, la resurrección de la cantera. No sería hasta la tercera jornada, ante el Bilbao Athletic, cuando los leoneses lograran la primera victoria; 2-1 en el Reino de León.
Nuevamente, en la cuarta cita se confirmaría otra de las maldiciones de la temporada: los partidos lejos de León. Los de Ramón González veían como en el último suspiro del descuento el DUX Inter saldaba el encuentro por 3-2 en el electrónico. Una nueva derrota que iba a ser contrarrestada a la semana siguiente en el Reino. Los blancos llegaban al minuto 88 con el 1-2 en contra ante el Promesas, y en el 95 el 4-2 reflejaba ese espíritu alocado que también perseguiría a los leoneses en esta temporada.
Empiezan los problemas
El mes de octubre no sería motivo de celebración en los aledaños del Bernesga. Nuevamente, la locura protagonizaba el encuentro en Badajoz; con el 3-3 final en un partido que, pese a que los de Ramón González jugaron en inferioridad numérica, pudo llevarse cualquiera. Algo que no ocurriría la semana siguiente en León, con una nueva derrota en casa ante un Talavera muy inferior. A estas alturas, la buena noticia era la que estaba protagonizando un Aarón Piñán sobresaliente en la faceta goleadora.
La épica volvía nuevamente al Reino, con una victoria sobre la bocina, 2-1, ante el Extremadura. Algo que se disiparía con las siguientes dos salidas a Ferrol y Tudela. En esos momentos, los gallegos se encontraban muy por debajo del equipo blanco (a la postre acabarían en puestos de playoffs), saldándose los 90 minutos con el 1-1 en la localidad pontevedresa.
La visita a Navarra, 1-1 contra un Tudelano que no se movería en todo el año de los puestos de descenso, puso por primera vez contra las cuerdas la figura de Ramón González. El equipo ya daba síntomas de que el objetivo de los playoffs podía empezar a tornarse como una difícil quimera que capturar.
Una luz entre las tinieblas
Cuando todo hacía indicar que el partido ante el líder, el Racing de Santander, sería la sentencia para el técnico culturalista, se vio la luz al final del túnel. El equipo dio un giro de 180º y protagonizó uno de los mejores partidos de la temporada. Con un Aarón enchufado y un Galder Cerrajería irreconocible, el 3-0 en el marcador dio ese empuje que se esperaba en la tabla.
El siguiente encuentro, en Las Gaunas ante la SD Logroñés, iba a servir para que Dani Sotres hiciera las paces con la afición protagonizando sus mejores 90 minutos de la temporada. Con un penalti detenido, y cuatro intervenciones de mérito, el partido reflejó un 1-1 final que bien pudo ser una goleada en contra.
La victoria siguiente, por 2-0 ante el Sanse de los Reyes, confirmaría el buen estado de forma de Niko Oboskii en la delantera y del equipo en la clasificación. Además, a estas alturas de la temporada si algo podía destacar era la gran participación de la cantera, con especial papel de Rodri Suárez, Percan, Marcos Glez y Javi Romano. Pero, el paso al mes de diciembre decretó que no era la calma tras la tempestad, sino el ojo del huracán.
Diciembre y el adiós a Ramón González
Una derrota en Calahorra, 2-0, prorrogaría la maldición de los partidos fuera de casa. Algo que pondría su fin, entre comillas, el partido correspondiente a la Copa del Rey en San Fernando, donde los culturalistas lograban el pase de ronda al vencer por 2-3 en tierras gaditanas.
Pero en el plano liguero, los leoneses caían por 0-1 ante el Celta B en un nuevo encuentro en el que no se protagonizó ningún tiro a puerta de los locales. Con ello, se llegó al Ruta de la Plata. Los zamoranos se adelantaban a las primeras de cambio, algo que darían la vuelta Ander Vitoria y uno que se estrenaba, Percan. Una proeza si se tiene en cuenta que el equipo jugaba con diez desde el primer minuto de la segunda parte. Finalmente, Adri Herrera empataba el partido en el 87.
Con ello, la aventura de Ramón González concluyó. La entidad leonesa no se lo pensó, y en su sustitución llegó Curro Torres. La primera prueba llegó en Copa ante el Leganés, llevando al equipo de Segunda a la prórroga, cayendo por 2-3. Mismo resultado que se daría en el estreno del catalán en liga ante el Depor. Un partido decidido con un tanto gallego en el último segundo en una nueva exhibición de Aarón.
La ‘Era Curro’ comenzaba con la visita, en el primer partido del 2022, a Las Gaunas. Por primera vez, los leoneses no encajaban ningún gol en la temporada. Un 0-0 que mostró la mejoría en la defensa, junto al sacrificio en la delantera. Un meritorio 1-1 contra el Real Unión de Irún jugando, nuevamente, toda la segunda parte con uno menos confirmó que los fantasmas de la defensa se habían disipado.
La resurrección de un equipo
A la llegada del primer mes del año le siguieron hasta siete nuevas incorporaciones. Jaime Sierra, Alberto Benito, Fran Cruz, Fidel Escobar, Frank Angon, Jony Álamo y Pepo se convertían en nuevos integrantes de la plantilla. Un movimiento con claro carácter defensivo. Y, por momentos, pareció funcionar.
Por primera vez en liga, el equipo lograba un triunfo fuera de casa, 1-2 ante el Bilbao Athletic, con un tanto en el descuento de Rodri Suárez. Se continuó ganando en el Reino ante el Badajoz por 1-0 con gol de Sergio Buenacasa en un nuevo partido concluido con diez integrantes en el bando leonés. En la siguiente cita, Unionistas lograba derribar el muro leonés con un 0-1 en un partido en el que los de Curro Torres merecieron más.
Algo que fue neutralizado con la segunda victoria a domicilio de la campaña, un 1-3 ante un Extremadura que, con jugadores del filial componiendo el equipo, se despidió del fútbol para siempre. Un nuevo triunfo, 3-1 ante el Tudelano, catapultó a los leoneses a lo alto de la tabla, quedando a solo cinco puntos de los puestos de playoffs, la menor diferencia de la temporada. Pero, de la misma forma que llegó, se fue.
La cuesta de marzo y el adiós de un sueño
El equipo con la flecha para arriba afrontaba un duro tercer mes de marzo con la visita a los tres primeros clasificados del grupo. El primer choque, en el Cerro del Espino ante el Rayo Majadahonda, se saldó con un tanto de Héctor Hernández y Curro Torres expulsado. El siguiente, en tierras cántabras, sería el partido bisagra del año.
Con un contundente 4-0 y una muy mala imagen del equipo, el respetable culturalista abrió los ojos. Algo que se prorrogaría en casa, ante la SD Logroñés con un 2-2 final y con los fantasmas de la defensa nuevamente haciendo acto de presencia en la zaga leonesa. La derrota en Riazor a la semana siguiente, por 2-1 en un partido en el que los leoneses dieron la cara hasta el final, abrió un nuevo temor, el del descenso.
Algo que iba a ser pausado momentáneamente con el mejor triunfo en casa en la segunda vuelta, 3-0 ante el Calahorra en una demostración de buen juego y dinamismo del equipo de Curro Torres.
Mirando al abismo
Con un empate ‘milagro’ en el GAL Stadium, 1-1 ante el Real Unión de Irún, y una nueva derrota, 0-2 en el Reino de León contra el Racing de Ferrol, el terror del descenso se aproximaba por el retrovisor. Si el equipo leonés aún no estaba con el agua al cuello simplemente fue porque sus perseguidores le hacían, de igual forma, favor con sus resultados.
En abril llegó un espejismo de permanencia, con la victoria por 0-3 ante el San Sebastián de los Reyes; dejando los puestos peligrosos bien lejos de la posición de los leoneses y mostrando la vuelta goleadora de Aarón Piñán, que no veía puerta desde el encuentro en el Reino ante el Depor.
Sin embargo, ante sus perseguidores directos, el equipo no supo reaccionar. Primero, y de igual forma que en el encuentro de ida, el partido ante el filial pucelano se convirtió en una nueva fiesta de goles. Los leoneses, pese a ir perdiendo por 2-0 al descanso y 3-1 en los últimos 15 minutos, lograron sacar un punto con un 3-3 final. Un festival goleador del que no quedaría nada en el siguiente choque, ante el Zamora, en el que la pólvora mojada reflejó un 0-0 final.
Mayo y el fin al sufrimiento
Con un 5-3 en Barreiro ante el Celta B, las alarmas saltaron. Curro Torres era nuevamente expulsado, y el Talavera ya se situaba a seis puntos de los leoneses a falta, además, del partido en la localidad manchega. A la semana siguiente, un 1-1 en el Reino de León ante un DUX Inter que jugó con diez toda la segunda parte, hacía temer lo peor. Si el Talavera ganaba, la distancia se vería reducida a cuatro puntos, con el duelo directo entre ambas escuadras.
Por suerte, los talaveranos caían en el GAL Stadium y los de Curro Torres sellaban matemáticamente la permanencia. Una relajación que se vio reflejada en la siguiente jornada en El Prado, con un contundente 0-5 a favor y mandando a los manchegos a Segunda RFEF. Un partido que tuvo como jugador destacado al juvenil David López que, con el quinto tanto, se convertiría en el jugador más joven en marcar de la Cultural. Como colofón final, los del Bernesga sucumbieron 1-2 en el Reino de León, dando el billete para los playoffs a la UD Logroñés.