Cultural y Deportiva Leonesa y Unionistas (2-2) sellan las tablas en el Reina Sofía en la segunda cita de la temporada
4 de abril de 2021. Unionistas de Salamanca recibe a la Cultural y Deportiva Leonesa en el primero de los seis encuentros de la 2º Fase de ascenso a Segunda División. En esa cita, un solitario tanto de Mario Sánchez da la victoria al cuadro dirigido por Íñigo Idiákez. Quién iba a imaginar en los aledaños del Bernesga que ese iba a ser el último partido en el que los leoneses lograran puntuar.
Porque cinco encuentros más de la temporada 2020/2021 y dos de la presente después, la Cultural iba a cerrar ese escalofriante y lúgubre círculo que se inició, precisamente, con el pitido final en el Reina Sofía de la capital charra. 154 días que han visto volar entrenadores, jugadores y hasta dos estaciones del año. Porque este domingo, sobre el mismo campo en el que empezó todo, los de Ramón González lograron escribir el +1 en su casillero.
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Porque la Cultural se jugaba mucho en esta tarde de verano. La derrota ante el Rayo Majadahonda en su estreno en la Primera RFEF, con la imagen del primer tanto del encuentro en todos los noticiarios deportivos del país, volvían vital sumar al menos un punto en el escenario charro.

Banderas leonesas en uno de los fondos del campo para recibir a los que hoy iban a vestir de azul. Incluso se atrevería uno a vislumbrar la efigie del león rampante también en el sector local del estadio. No hay que olvidarse que, mientras en Segunda se estaba disputando el Derbi Catellano entre Burgos y Valladolid, en Salamanca se vivía el primer Derbi Leonés de la temporada.
Sin aviso, ni tiempo para que ambas aficiones tomaran asiento, los locales daban la bienvenida a los visitantes con un tanto de Pablo Espina. Y es que un error en la defensa leonesa -la visitante- dejó el balón perfecto para que el asturiano, con un disparo raso, batiera a Dani Sotres por debajo de las piernas. Jarro de agua fría para los que habitualmente visten de blanco.

Un jarro de agua fría que poco tardó en calentarse. Aarón Piñán, un hombre de la casa, recibió el cuero en el círculo central del mediocampo, alzó la vista arriba para ver que De La Cruz estaba lejos de su portería, y de un latigazo de más de 45 metros mandó el cuero al fondo de las mallas. Golazo emulando el que semanas atrás hizo en Valdebebas. Cosas del buen destino, un leonés inauguró el casillero de goles esta temporada.
Los de Ramón González se vinieron arriba. No es para menos. Ese cuero que en un principio era un botón charro se convirtió en uno de esos quesos circulares de envoltura rosa que venden en ‘Quesos Tori’. Con el balón en control culturalista, las cosas empezaban a salir. Unionistas se cerraba, como esos verracos que milenios atrás hacían frente al Imperio Romano. Y, entre ástures y vetones, el segundo de los visitantes subió al marcador.

Córner desde la izquierda. Aarón Piñán en el banderín. Centro medido al punto de penalti y por allí entró cual Bellido Dolfos por su casa Rodri Suárez para mandar de un cabezazo el cuero a la red. Tanto que hizo recordar al que protagonizaron Xavi y Puyol en aquel Mundial de 2010. Locura en la grada. Y un toque de nostalgia, pues un leonés le servía el cuero para que otro leonés hiciera el gol; como en aquellos años de Marianín, César y Villafañe.
Podría el cuento haber acabado ahí, pero ya sabe el buen aficionado al fútbol del Reino de León que su relación con el club es un continuo amor-odio. La imagen que se vio en la primera parte de la Cultural se diluyó cual identidad leonesa en esa misma ciudad con el paso de 43 años. Unionistas dio un paso al frente, y el león que atacaba quedó relegado a su campo.

Lo intentaban los charros, sin éxito eso sí. Hasta que, como bien se dice que el que la sigue la consigue, un córner quitó lo que en la primera parte concedió. Balón al aire, despeje sin apenas fuerza de Sotres, y el balón le cayó a Rayco Rodríguez sin oposición al gol. 2-2 que ponía todo como empezó. Apenas tuvo tiempo aún el encuentro de ver dos ocasiones más para cada equipo. Pero, finalmente, hubo pacto entre caballeros.
Un punto que pudieron ser tres… o ninguno. Claro está que el disgusto se mostró más del lado visitante, pues fueron los últimos en recibir el gol. Muchas conclusiones pueden sacarse. El fin a la maldición, y que desde este punto todo sea mejoras. O el convencimiento de que de seis puntos sólo se ha conseguido uno. Cada cual, su pensamiento. Lo que sí es seguro, es que el Bilbao Athletic espera. Se verá si los cachorros vencen al Rey León o si, por el contrario, este despierta de su letargo.
Fotografías: Irene Rodríguez