La Cultural y Deportiva Leonesa cae ante el Celta de Vigo «B» en casa (0-3) y pierde la oportunidad de aventajar a sus perseguidores
Cuánto debemos de aprender aún del fútbol. Pongo al lector el ejercicio de pensar cuántas veces se habrán dado cosas por hechas. Sueños que, al final, sufren una metamorfosis y acaban siendo pesadillas. Porque la Cultural y Deportiva Leonesa protagonizó hoy el cuento de la lechera. Esa que piensa lo que va a conseguir vendiendo el producto lácteo y acaba con las botellas por los suelos. Vender la piel del oso antes de cazarlo podría decirse. Pero al final, los leoneses más nos hemos parecido a Favila que a Leonardo DiCaprio en El Renacido.
Porque sí. Si la Cultural se hubiera llevado los tres puntos ahora estaríamos hablando de que al que menos sacaríamos serían seis puntos. Pero no es ese el País de las Maravillas en el que vivimos ahora. En esta ocasión, la clasificación a los playoffs pende de un hilo. O mejor dicho, de un punto. El que separa a leoneses y gallegos. Pero basta de previas y conjeturas, y centrémonos en el cementerio blanco que se ha visto durante 90 minutos.
Todos los detalles del Reino de León
Mal no empezaron los de Idiakez, todo hay que decirlo. Los primeros compases dieron a entender al público que este equipo podría dar la campanada. Pero es lo que tienen los cementerios, que en ellos habitan vestigios y fantasmas de lo que en vida fue. Y hoy, la Cultural no pareció ese club que la semana pasada había dado motivos para soñar.

Porque se podría decir que el penalti que pitan a favor del Celta de Vigo resulta el chivo expiatorio del declive visto hoy. Para empezar, más que dudoso. Y es que la jornada de hoy ya venía con la previa de lo vivido entre Zamora y Real Valladolid «B». Pero eso no lo twitteará Óscar Puente, seguro. Penalti o no, el tiro de Jordan se fue al palo. Un arcoiris apareció en el Reino de León en ese momento. Pero, no se apuren, que rápido llegaron los nubarrones para devolver a los del Bernesga a la realidad.
Si los leoneses no se fueron al descanso con algún tanto en el macuto en parte fue por la gran actuación de ese que tantas veces se critica. Zubiaurre, bien atento en su área, neutralizaba las acometidas celtiñas, manteniendo a flote a los suyos. Especial mérito a la que, muestra de reflejos felinos, saca abajo a un buen remate de Gabri pegada al palo.

El poderío gallego se hizo dueño del campo. En la mente aún pervive ese 1-2 de la temporada del ascenso que casi hace perder a los de De la Barrera la primera posición. Pero lo visto hoy sobre el verde doblega a esa generación comandada por Borja Iglesias. Hacía tiempo que un equipo no pasaba el rodillo de tal forma como lo ha hecho hoy el cuadro vigués.
Jordan se erigió como William Wallace, y los leoneses eran los ingleses. Y fue, precisamente, el joven escocés el que pondría en bandeja el primero de la tarde. Una gran internada, con cero defensa, hizo que el futbolista gaélico sirviera un preciso pase de la muerte para Solis. Ligero toque con la derecha y el 0-1 subía al electrónico.

Probó Idiakez el triple cambio con Escardó, Ciampichetti y José Carlos. Ideal para que esos tres futbolistas se unieran a los ocho restantes para admirar el golazo que el mismo Solis volvió a ejecutar. En esa ocasión, desde la frontal, el futbolista celtiña puso el cuero en la escuadra con una terrible curva matadora. Zubiaurre lo único que pudo hacer fue sacar el balón del fondo de las redes. Incluso se divisó a algún espectador local aplaudir esa acción. Como ese señor del bigote del Bernabéu cuando Ronaldinho dejó en el camino a tanto blanco.
Pero los gallegos aún no habían dicho la última palabra. Solis se llevaría el balón a casa tras materializar otra buena acción desde el costado derecho del campo. 0-3 y Silbidos y abucheos en la grada. Y es que el encuentro de hoy ha hecho mucho daño al aficionado blanco. Una sensación de que cualquiera de los partidos que quedan pueden seguir el mismo destino.
Pero, hay que recordar. Ni el domingo pasado se había entrado en playoffs, ni hoy se ha acabado la temporada. Los leoneses siguen en puestos verdes, y hasta que el árbitro no pite el final del Cultural – Zamora del próximo 9 de mayo, todavía hay motivos de soñar. Pero, claro, para ello el equipo debe sustituir esta marcha fúnebre dantesca por una melodía más parecida a I will survive. No abandonen el barco aún, pues este aún no se ha hundido.
Fotos: Irene Rodríguez Campos