La Cultural y Deportiva Leonesa celebra su nonagésimo séptimo aniversario abanderando el nombre de la ciudad de León
“Como la nieve que en frío invierno cubre de blanco todo León…”, son los acordes iniciales de esa sinfonía que acompaña la salida de los jugadores en el Reino de León. Unas notas que son historia viviente del preciado club que es la Cultural y Deportiva Leonesa.
Y es que hoy, 5 de agosto de 2020, la entidad cazurra cumple la cifra de 97 años al servicio del aficionado y de León. Casi un siglo de historia abanderando el nombre de esa pequeña localidad al norte de la geografía española. Noventa y siete años demostrando que, pese a recibir cientos de estocadas en su rampante cuerpo, un León siempre se levantará y luchará.

Y es que la historia de la Cultural y Deportiva Leonesa está llena de recuerdos y momentos inolvidables. Mil apuros ha sufrido la entidad del Bernesga, y mil veces ha sabido resurgir de sus cenizas. Momentos grandes, momentos de tristeza, de locura y de ilusión… pero aún no ha llegado el momento en el que la afición de la espalda al ejército del Reino de León.
Aunque la historia del conjunto blanco es la historia del fútbol en León. Para hablar de historia hay que viajar. 97 años para ser exactos, fecha en la que la Región Leonesa era una realidad y no un sueño.
Desde el corazón de León
5 de agosto de 1923. Podría decirse la fecha oficial del comienzo del sueño de una ciudad. Aunque si del origen se quiere referir, un año más atrás en el tiempo se debe viajar. Un 30 de abril de 1922 un hombre tuvo una visión, crear la imagen de León en ese novedoso e impopular deporte que era el fútbol.
Así, Miguel Gutiérrez Díez Canseco creó, en torno al Casino de León, la Sociedad Cultural Deportiva Leonesa. Un proyecto de futuro, el cual bien difícil lo tuvo para salir adelante. Durante un año, la ‘vieja’ Cultural fue tomando forma de equipo de fútbol. Se comenzó por la conformación de la plantilla, inexistente en ese momento.

Fue el padre de la Cultural, el propio Miguel Gutiérrez, el que, con carisma y atractivo, reclutaría jugadores desde los confines más escondidos de la geografía leonesa. Equipos como La Victoria Club, la Gimnástica Leonesa, el Once Leonés, los Padres Agustinos o los Hermanos Maristas vieron una gran fuga de sus jugadores rumbo al club recién creado.
El segundo problema llegó en forma de campo de fútbol. El club del Bernesga recurrió a El Parque, un pequeño campo de juego municipal situado en las afueras de la ciudad, sobre la zona ahora bautizada con ese mismo nombre.
Ese terreno plagado de barro y tierra fue el primer hogar del nuevo equipo de la ciudad de León. Nuevamente, y gracias a Gutiérrez, la Sociedad Deportiva Leonesa pudo hacer oficial su nacimiento gracias al acuerdo entre el Campo de Guzmán (situado en la Avenida Roma) y el club; un 5 de agosto de 1923. La Cultural daba sus primeros pasos.
Un comienzo nada fácil
Ese mismo día, el conjunto cazurro disputaría su primer encuentro conmemorativo frente al equipo palentino de La Salle; con un resultado final de 3-0 a favor de los leoneses. Lo hicieron con la primera imagen de una camiseta gris y unos pantalones azules, sin marca, y con un primer diseño de escudo, obra del artista Máximo Sanz y con la presencia del león rampante, la imagen de una ciudad y un Reino.

Pereira; Manolo, Argüello I, Argüello II, Larraz; Camilo, Gordón, Menéndez; Azcárate, Aller y Ardilla son los nombres que pasarán a la historia como el primer once de la Cultural y Deportiva Leonesa.
1928 será un gran año en la memoria de los ciudadanos de León. En esa fecha, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) incluyó, de forma oficial, a los cazurros en su competición. Y bien rápido transcurrió su periodo de adaptación. Tan solo un año después, en 1929, el equipo blanco alcanzó la Segunda División. Con su posterior descenso, una temporada después.
La década de los años 30 serán difíciles de recordar para el amante y aficionado leonés. La temporada 1931/32 quedará en la historia de la Cultural como un año negro en su joven etapa de vida. La creación del Unión Deportivo Leonés supuso la fuga, sin fin, de los jugadores de la plantilla del equipo blanco.

A ello se le sumó una potente crisis económica, finalizando ese verano con la más triste de las noticias: la desaparición de la Cultural y Deportiva Leonesa, en otoño de 1931.
Aunque, tras la tempestad llega la calma, y a este León no había lanza que lo borrara del mapa. Ocho años después, y tras el final de la Guerra Civil, el Sindicato de Estudiantes Universitarios (S.E.U. de León) decidió llevar a cabo la recuperación del fuerte proyecto del club leonés.
Retomando a la competición y con un campo totalmente nuevo, el Campo de San Mamés. Un terreno, situado en Eras de Renueva, utilizado por los alumnos universitarios para la disputa de partidos de fútbol y rugby.
Desde el infierno
El éxito de esa resurrección de la Cultural la llevó a mudarse a La Corredera en 1940. Dos años después de esa refundación, los hombres del Bernesga experimentaron su segundo ascenso a la categoría de plata del fútbol español.

Un segundo ascenso que duraría el total de tres temporadas. Tiempo en el cual se comenzó con la rivalidad frente al Real Valladolid y la disputa de su primer encuentro de Copa del Rey (o del Generalísimo por aquel entonces).
Finalizada la II Guerra Mundial, el club descendería a Tercera División, donde disputaría sus encuentros durante las siguientes ocho temporadas. Siendo 1948 un nuevo año señalado en negro en la historia del club. Los hombres de la capital leonesa estuvieron a punto de firmar su segunda, y casi definitiva, desaparición tras un supuesto amaño frente al Albacete.
Un castigo que fue salvado gracias a la intervención de Carlos Arias Navarro, ex gobernador civil de León… y de algún cargo más. Durante esas fechas, y debido a las obras de su feudo, la Cultural cambiaría su hogar al Estadio Hispánico, un edificio recién construido.

Después de esa profunda crisis de 1948, el Maestranza, un gran equipo de León formado por militares de la Base Aérea de La Virgen del Camino, cedería su estadio con el propósito de que el club cazurro pudiera llegar a inscribirse en la Liga 1948/49 tras el oscuro verano de ese mismo año.
El Ejido sería su nueva casa. Una evolución que significaría el primer estadio oficial de la historia del club. Con gradas en los cuatro lados del campo y un marcador circular detrás de una de las porterías.
1955/56, un año de oro
El momento más importante de la historia de la Cultural y Deportiva Leonesa sucedería en el inicio de la década de los 50. Un nombre propio, el empresario Antonio Amilivia, tomaría las riendas de la presidencia de la entidad leonesa.

Con una gran gestión y dirección, el club volvió a Segunda División por tercera vez en su historia. Y, dos años después, un 11 de abril de 1955, el club certificó su único ascenso, hasta la fecha, a Primera División tras vencer al Real Avilés en El Ejido y proclamarse campeón de Segunda.
El ascenso de la Cultural supuso el alirón a años de esfuerzo y un gran proyecto en sus feudos. El 11 de septiembre de ese 1955 mágico, los guerreros del Bernesga debutaron en Primera División. Aunque, y debido a la petición de los socios, el Campo de El Ejido no volvería a albergar un encuentro de la categoría de oro del fútbol español.

El 23 de octubre de 1955, y ante unas 27.000 personas (el doble de su capacidad), la Cultural y Deportiva Leonesa estrenó La Puentecilla, su nueva casa; y con victoria, por 3-0 frente al Athletic de Bilbao. El Ejido sería el feudo de la cantera hasta su demolición, pocos años después.
La Cultural hizo ver su poderío en Primera pero, en la última jornada de liga, el club leonés certificaría su descenso tras finalizar penúltimo el campeonato de 1955/56. Y aún más en el abismo fue a parar, firmando un nuevo descenso al año siguiente. Y, como un submarino, la Cultural emergió por cuarta vez a Segunda División al curso siguiente. Permaneciendo en esa categoría tres temporadas más.
Un nuevo comienzo
En la década de los 60, el club sufriria un nuevo descenso, en mayo de 1962, a Tercera División. Durante los ocho años siguientes, los altos dirigentes del club leonés llevaron a cabo la reforma del Estadio de La Puentecilla, instalando mejoras para las ubicaciones de los aficionados, un nuevo marcador (conocido como Marcador Dardo) y las luces fijas recubriendo el campo.
Con el ascenso, en la temporada 1970/71, el club presumiría de estrellas entre sus filas. Jugadores como Godoy, Maño, Piñán, Villafañe o Marianín consiguieron un presumible quinto puesto en la 1971/72 en el rebautizado Estadio Antonio Amilivia.

Y, como dicta el mundo del balompié, las “novias” no tardaron en hacer presencia en las mesas de los jugadores y, con la fuga de ellos, el club volvió al pozo de Tercera División. 1974 se recordará como el quinto ascenso a Segunda División y, ya común en el aficionado leonés, su posterior descenso un curso después. La Cultural no volvería a la categoría de plata 42 años después.
En 1977 se creó la Segunda División B de España y, con ello, una nueva división, Tercera, en la que la Cultural se hundiría más. Los años 80 se tornaron oscuros para el equipo del Bernesga.
Cinco años en Tercera División fueron apaciguados por un ascenso administrativo a Segunda B en la temporada 1986/87, gracias a la ampliación de la categoría de bronce de 2 a 4 grupos (el formato que se disfrutaba en España hasta el invento de este año). El final de los 80 y el comienzo de los 90 vendrá presentado como un intento de resurgimiento del club blanco.
Borrón y cuenta nueva
La entrada de la última década del S. XX llegó marcada por las mejoras en el equipo. El Ayuntamiento, propietario del campo, llevó a cabo remodelaciones por toda su edificación. El equipo, salvo un paso breve por Tercera en la 1994/95, se abona a Segunda B.

Son claves los últimos años de siglo, con tres intentos de regresar a Segunda División al llegar a disputar los playoffs de ascenso en las campañas de 1995/96, 97/98 y 98/99. El 31 de octubre de esa última temporada, la Cultural Leonesa jugó su último partido, ante el Barakaldo, en el Estadio Antonio Amilivia (La Puentecilla), poniendo fin a cuatro décadas al servicio del fútbol leonés.
La intensa búsqueda de una ciudad deportiva para cantera y primer equipo llevó a la entidad cazurra a fundar el Área Deportiva de Puente Castro. Terrenos en los que la Cultural disputó tres temporadas y una fase de ascenso, la de ese mismo año.
Aunque, el nuevo proyecto culturalista llevó a la directiva a, junto con el Ayuntamiento, hacerse con unas parcelas en las afueras sureste de la ciudad (Sáenz de Miera). El Nuevo Antonio Amilivia, campo de 13.000 espectadores, fue inaugurado con una nueva fase de ascenso a Segunda División frente al Xerez C.F. Aunque ni esa, ni las fases de los dos siguientes años, serían suficientes para que el club leonés volviera a Segunda División.

La segunda mitad de la primera década de Siglo está marcada por una nueva etapa oscura en Segunda División B. Una etapa que encontró su pozo con el descenso administrativo a Tercera División en 2011 tras ser denunciada por impagos. Dos años después, en la temporada 2012/13 el club afrontaría su tercer intento de desaparición.
Con el ascenso a Segunda División B conseguido tras vencer al Universidad de Oviedo en la prórroga, las deudas acumuladas supusieron el final de la Cultural y Deportiva Leonesa. Con ese titular en los periódicos y la afición sumida en una profunda tristeza, la intervención de Felipe Llamazares y Adolfo López, en el último minuto, salvaron al club recién coronado con 90 años, de la desaparición definitiva.
Sin frenos y cuesta arriba
2015 será recordado como un nuevo comienzo para la Cultural. La Aspire Academy, una prestigiosa organización para la formación y educación de futbolistas vinculada al Gobierno de Qatar, adquirió el 99% del accionario culturalista.

Saldando, de esa manera, la deuda del club cazurro e integrando varios jugadores qataríes en el equipo. Gracias a la academia oriental, la Cultural creció como equipo, siendo el año siguiente un hito para la ciudad de León.
El 28 de mayo de 2017, y en presencia de un rebautizado Reino de León lleno hasta la bandera, un gol de Julen Colinas y otro posterior de Álex Gallar frente al Barça “B”, supusieron el sexto, y hasta la fecha el último, ascenso de la Cultural y Deportiva Leonesa a Segunda División. El resurgimiento de las cenizas había llegado hasta lo más alto de la Región Leonesa.
Un año después, el equipo de Rubén De la Barrera sucumbió en la última jornada liguera frente al CD Numancia, firmando su nuevo descenso a Segunda División B tras unos malos resultados en la recta final de la temporada.

El resto de la historia está por escribirse. Dos años se ha intentado devolver al ‘Rey León’ a la categoría de plata. Pero no ha podido ser. Víctor Cea duró poco, y José Manuel Aira, pese a su gran profesionalidad, no pudo cumplir el gran objetivo del ascenso.
Pese a ello, el conjunto leonés ya ha demostrado que no se debe jugar con el gran felino. Lo supo el Atlético hace unos meses. Casi tiembla el Valencia, una semana después. Mackay se apoderó del sueño de muchos. Pero eso es el fútbol. Y aún quedan por escribirse muchos capítulos más en la historia del balompié leonés.

A un León puedes herirle en su rampante cuerpo. A un León puedes esperar que después de cientos de puñaladas en su fuerte torso no pueda levantarse. Pero poco cazador furtivo es conocedor del respeto que debe mostrar ante este León herido. Porque, como dicen esos acordes iniciales de esa sinfonía que acompaña a salida de los jugadores en el Reino de León “…por tu gloriosa historia te has hecho respetar, Aúpa Cultural, Aúpa Cultural”.
¡Felices 97 años!