La Cultural y Deportiva Leonesa se despide del sueño del ascenso tras caer en los penaltis (6-7) ante el Sabadell tras finalizar los 120 minutos 2-2
El fútbol, ese deporte que mueve a masas y maravilla al mundo, sigue siendo algo inentendible. Algo impredecible y, sobre todo, algo que no entiende de justicia. No existe el término “el fútbol devolverá todo lo que quita” o “se hará justicia”, no. El fútbol no entiende de guiones de películas en las que el malo pierde, y el bueno gana.
Si Avatar hubiera sido un partido de fútbol, los habitantes de Pandora hubieran sido masacrados. Si La venganza del Conde de Montecristo se hubiera jugado en un campo, Edmundo Dantés habría muerto en prisión. Esto es fútbol, y la suerte nos dio la espalda.

Dos ‘bolas de break’ tuvo la Cultu para continuar la alegría de miles de leoneses y leonesas. Un gol de Menudo en el 86 pudo decir “ya está”, pero no, el fútbol quiso que llegara un empate en el 92. Un paradón de Leandro pudo acercarnos al sueño, pero este villano que es el balompié decidió que Mackay detuviera el lanzamiento de Antonio Martínez.
2-2, 6-7, cifras y más cifras, y todas ellas crueles. Nada que reprochar a los jugadores. El corazón no pudo más. Y aunque ahora pidan perdón, no hay nada que perdonar. León se tiene que sentir igual de orgulloso por un equipo que lo intentó, y rozó el milagro. Pero el fútbol es así, y así seguirá siendo.
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Comenzó el encuentro vibrante para los blancos. En menos de cinco minutos, los pupilos de José Manuel Aira ya habían pisado área dos veces, y ya habían probado a la zaga rival. Un arranque que duraría lo que Néstor tardara en poner el 0-1 en el marcador.
Una falta escorada al borde del área acabó dentro de la meta de Leandro después de que un intento de barrera escalonada ‘a lo fútbol sala’ no saliera bien. Desde ese momento, la Cultural remó a contra corriente y el Sabadell hizo lo que quiso.

Las carencias en defensa eran claras, e igual pasaba en el ataque barcelonés. Los arlequinados tuvieron el 0-2 en hasta cuatro claras ocasiones, pero no anduvieron con la portería en la mente. Un pase de la muerte fue, milagrosamente, despejado por Edgar cual defensa leonés a escasos centímetros de la línea de gol. Con un tres para uno sin portero a favor de los catalanes se llegó al descanso. Otro partido marcaría el segundo pitido.
La Cultural cambió 180º. El Sabadell dijo adiós a ese sistema de juego de fútbol de posesión que acostumbra a tener, y eso lo aprovecharon los del Bernesga. Héctor Hernández, que había cosechado más fallos que aciertos en los primeros 45 minutos, se convirtió en el primer héroe culturalista.

Un gran pase de Andy Kawaya fue extendido por la rodilla del delantero. Imposible para Mackay. 1-1 y la Cultural soñaba. Desde ese momento, solo se oían los rugidos del León en la Costa del Sol. Los catalanes, intimidados por el felino, tan solo daban pequeños sustos a Leandro.
Pasaban los minutos, y el segundo tanto leonés se olía, hasta que llegó. Un centro de Gudiño encontró a Menudo en el punto de penalti. Volea como solo Zidane sabe y golazo para adelantar a los ‘cazurros’ en el 86. Ya se veía la final en los ojos. Pero acabó siendo en sueños.
Un mal despeje de Leandro, lo único que reprocharle, dejó el balón perfecto para que Óscar Rubio recogiera un disparo delante de una portería vacía. Minuto 92. Casi en el final. Y la suerte favorecía a los catalanes. La prórroga se aproximaba, y los penaltis también.

La primera parte de los siguientes 30 minutos pasó como el invierno pasa en las cumbres del Teleno. Araujo no pudo más, Sergio Benito le dio el relevo. Del mismo modo, Aarón Rey, el mejor de los arlequinados, también dijo “adiós”. En los siguientes 15 minutos Iván González se sacrificó por el equipo. Falta cuando Beitia se quedaba solo y segunda amarilla.
Justo antes de los penaltis, Leandro se convirtió en el tercer héroe de los leoneses al sacar de la escuadra una falta perfectamente ejecutada. Y llegaron los penaltis… esa lotería que bien podría eliminarse por el bien del fútbol y el mal del azar. Nadie temblaba. Fueron llegando los goles. Montes, Gudiño, Menudo, Rodas, Dioni y Alfonso. Nadie falló. Lamentablemente, este último sería el final de la tanda.
Leandro, con una mágica manopla, detuvo el tiro de Beitia. Antonio Martínez pudo sellar el pase a la final. Pero el fútbol ya había dicho que no. Mackay volvía a ser decisivo desde los once metros. Tiro a la derecha y parada del meta. Al igual que haría después con Sergio Benito. Fin de la tanda, del partido, y de la temporada.

Puede ser que en algún futuro el fútbol quiera ser justo con la Cultural. Pero hoy toca mirar al presente, aunque no guste y den ganas de llorar. Nada que reprochar a los valientes que, durante toda la temporada, nos dieron motivos para soñar.
En la mente queda la imagen del León deshaciéndose del Atlético de Madrid. De casi conseguirlo contra el Valencia. Y muchas más.
Desde Radio Marca León os agradecemos, con todo el cariño del mundo, que hayáis vibrado con nosotros esta temporada. Gracias por hacer de esta casa, un hogar. Y, desde mi persona, muchas gracias por estar al otro lado en esta temporada y a lo largo de mi desarrollo pues, sin vosotros, estas líneas carecerían de significado.