La Cultural y Deportiva Leonesa cede un nuevo empate ante un CD Izarra nada superior sobre el campo
No existe algo más triste en el fútbol que un campo se vacíe en cinco minutos. Miles de personas apresurándose a abandonar sus localidades con el fin de llegar cuanto antes a sus respectivas citas. No hay nada más triste que ver a cientos de aficionados despedirse de una jornada más con la cabeza agachada y un sentimiento de impotencia.
Y es que, en los días que hoy se viven, un aficionado culturalista llega al Reino de León con ilusión. Cruza uno de los puentes que separan Papalaguinda del Estadio, acompañado de su familia y sus amigos, y sube las escaleras de una de las puertas del feudo leonés.

Ese aficionado llega a su asiento, repasa en Twitter la alineación de la Cultural para el partido de hoy, deja la bolsa con su bocadillo a sus pies, y comienza a aplaudir y saludar a sus ídolos. Esa ilusión prevalece durante el calentamiento de los suyos. Intenta que Andy Kawaya o Antonio Martínez firmen en un lado de su camiseta y posa con sus amigos para uno de los fotógrafos del Reino.
Esa ilusión se vuelve más profunda cuando el árbitro decreta el inicio del partido. Y esa ilusión se llena con el primer gol del encuentro. Pero ahí se acaba el sueño de una jornada más. Y es que, con un tanto de los visitantes, toda esa ilusión se esfuma y se hace eco una gran pitada y decepción. No hay algo más triste que un campo vaciándose en cinco minutos. Pero bien se sabe que uno recoge lo que siembra.
Todos los datos del Reino
Una jornada más, cerca de 5.000 aficionados llenaban las gradas del Reino. Gente de León y alrededores impacientes por un nuevo partido y una utópica victoria. Y es que juegas contra un CD Izarra amparado en el descenso. Pero esto es el Reino. Un campo tan difícil en el que ganar que ni los locales pueden hacerlo.

El partido empieza bien a ojos del aficionado. Un conjunto agresivo y peligroso volcándose en busca de la portería rival. Sin embargo, algo falla desde el mismo principio. Y es que Aitor Fernández, que volvía al once tras su lesión, daba media vuelta a su recuperación y se marchaba tocado del terreno de juego.
Una tristeza que Ramón de Lucas, uno de los centrales de los visitantes, trató de calmar. Y es que el zaguero del equipo izarrense decidió ‘hacer la zancadilla’ a Héctor Hernández cuando este se aproximaba con peligro a la portería rival. Una pena máxima que sería el mismo ‘9’ en materializar en gol. 1-0 y el aficionado a la Cultural levanta las manos al cielo con un gesto de alegría y suspiro; con un pensamiento: “Lo más difícil ya está hecho”.

Pero, todo lo contrario. Lo más difícil está por llegar. Fue en el instante en que los blancos celebraban el tanto el mismo que supuso el fin al juego de los leoneses. No antes sin poder finiquitar la jornada con un segundo tanto. Juan Carlos Menudo pudo poner el 2-0 en el marcador, pero Markel Areitio se cambió su apellido por Yashin y detuvo, en gran ‘palomita’, esa ocasión.
La segunda parte se tornó del lado contrario. El frío llegó a León y los que visten de blanco parecieron muñecos de nieve; fríos e inertes. La Cultural perdió su juego, y el balón. Imprecisiones en los pases, cero combinaciones y demás malos argumentos llenaron de runrunes los siguientes 45 minutos en la grada.

Nuevamente, se pudo ver la luz al final del túnel. Pero más que luz, fue espejismo. Markel ‘Yashin’ echó el cerrojo a la portería, y ahí no había quien la abriera. Pudo Kawaya, saliendo por Pichín en la segunda parte, con un disparo cruzado. Pero una gran mano del meta mandó ese cuero al poste. Y, tras perdonar y perdonar, el dolor llegó.
Mikel Yoldi, en la primera oportunidad de tocar el balón que tuvo, mandó el cuero al fondo de las redes tras un gran pase de Hinojosa. 1-1 y pitada general. Se intentó hasta el final, pero ya nada había que hacer. No existe nada más triste que un campo vaciándose en cinco minutos. Bueno, sí. Un equipo que no da la cara por sus aficionados, siempre presentes y animando. La Cultural se hunde. Y ese aficionado con esa ilusión es el que de verdad sufrirá las consecuencias.