Un gol de Sergio Benito en el último suspiro ante el CD Izarra da la victoria (0-1) y primera posición compartida a la Cultural y Deportiva Leonesa
“El que algo quiere, algo le cuesta”, dice la antigua expresión del vocablo español. Una frase que viene a significar que con esfuerzo y paciencia todo llega. Y, sobre el césped de Merkatondoa, la Cultural puso la guinda a una nueva jornada de no bajar los brazos y seguir hasta el final. Cuatro. Son cuatro los encuentros que encadenan ya los de Aira sin conocer otra cosa que no sea sumar tres puntos. Cuatro semanas de invicto que dan a los leoneses sus frutos, el liderato.
Y es que muy difícil se veía allá por el mes de septiembre cuando el infierno de Las Gaunas decretó el último pinchazo de los cazurros en Segunda División B. Pero, nuevamente y como dice el dicho, que el que quiera algo que se esfuerce hasta el final. Con muchos nubarrones se veía hoy el cielo de Izarra, pero Sergio Benito en el minuto noventa y “Cultu” se encargó de que el buen hacer del equipo durante el encuentro (y los tres anteriores) obtuviera ese ansiado premio que es el liderato. Pero eso sí, compartido.
Todos los datos de Merkatondoa
Ilusión máxima de los leoneses antes del pitido inicial. Y es que los resultados de Bilbao Athletic y Real Valladolid Promesas habían decretado que una victoria en Navarra colocaría a los guerreros de la Legio VII como colíderes. En frente, una maldición. Y es que Merkatondoa nunca ha sido bueno para los leoneses. Ninguna victoria ni gol a favor de los blancos en el feudo izarrense hacía esperar una dura prueba para alargar la racha. Y, si a eso sumábamos el césped artificial, el liderato tenía algo que temer.
Aunque esas no fueron las sensaciones que se vieron al arranque del encuentro. Pichín tuvo el fin de la maldición en sus botas tras un gran pase de Gudiño, pero el cuero decidió marcharse lejos de la meta enemiga. Del mismo modo que el boliviano minutos después, aunque el árbitro decretó que el impacto del balón en la mano del defensa local no era digno de pena máxima.

La Cultural se gustaba sobre el verde sintético navarro. Pero entonces no estaríamos hablando de una maldición. Leandro fue el primero en evitar la profecía deteniendo el disparo de Laborda cuando la grada ya cantaba el gol. Y, desde ese momento, esa tranquilidad se convirtió en nervios. Y es que el Izarra comenzó a hacer fe en sus antecedentes y arrebató el cuero a los leoneses.
Aunque poco duraría esa sensación con el comienzo de la segunda parte. Pichín volvió a tener en sus botas la llave de la liberación cazurra, pero su disparo fue fácilmente atrapado por Álex Ruiz. Y, cuando no era el portero, lo eran sus tres palos. El punta madrileño, primero, dejó el larguero temblando tras un remate a boca-jarro; para después Dioni, desde los once metros, hacer lo mismo con el palo derecho. Parecía que, realmente, la magia negra estaba presente en Merkatondoa.
Una nueva oportunidad, esta vez de Sergio Benito que mandó arriba un pase de la muerte de Pichín, certificó que ese fortín jamás podría ser penetrado. Pero si de algo sabe la Cultural, es que jamás se deben bajar los brazos. Ambición y carácter de un equipo que no quería desperdiciar la ocasión de acariciar la primera posición, de igual forma que la pasada campaña en numerosas ocasiones.
Cuando el encuentro ya daba sus últimos respiros y el árbitro comenzaba a sacar el silbato para decretar el final se consumó el milagro. Leandro, cual Ter Stegen, mandó el cuero medido a la posición de Kawaya. Regate del belga y tiro cruzado en busca de puerta. El balón no entró, pero el rechace llegó a los pies de Sergio Benito que, esta vez sí, mandó el esférico al fondo de las mallas. Maldición 0, Cultural 1.
De esta forma, los leoneses dormirán esta jornada como colíderes junto al filial del Athletic de Bilbao. Cuatro victorias consecutivas. Un mismo sentimiento de esfuerzo y recompensa.