Una semana extraña, sin fútbol el fin de semana ya el comienzo resultaba raro. Después se tornaba aún más rara, nuestro Saviola particular, nuestro Aitor tenía que dejar de entrenar y de jugar al fútbol por prescripción médica.
Para un niño de 10 años tener que dejar de jugar al fútbol (temporalmente) tiene que ser duro. Pero también para sus compañeros, para sus entrenadores, para los padres de sus compañeros, para todos los que al fin y al cabo forman la familia que es un equipo de fútbol.
Dicen los que han sido futbolistas que los mejores amigos que conservan son los que habían conocido dando patadas a un balón. Dicen que son amigos para toda la vida.
Y eso me han demostrado esta semana los compañeros de Aitor, de nuestro Saviola, como bautizaba Fernando hace tiempo. Todos preguntan por él, quieren saber cuándo volverá, que le ha pasado, le echan de menos.
Le mandan mensajes, van a visitarle, están preocupados. Todo esto me lleva a recapacitar y me demuestra que los niños nunca fallan, nunca mienten. El compañerismo que a veces ocultan la competitividad y el afán por la victoria, sale de nuevo a la luz.
Ninguno pensamos en el partido del fin de semana, todos pensamos en el compañero que falta. Y así debería de ser siempre, niños que son niños y compañeros que son compañeros y que forman un equipo que es una gran familia.
Los lazos de unión que se forman en los deportes de equipo no deben romperse nunca y es más entre todas las partes implicadas en el fútbol base debemos de fomentarlos.
Por eso no me gusta ver niños alejados de los terrenos de juego por lesiones o por enfermedades. Siempre se echa de menos a los Leo, Eduardo, Álvaro, Stefan, Mario, Sergio, Aitor…
Echamos de menos a nuestro nueve, al conejo, al de la torrija como dice su padre, al de regate de cola de vaca, al más listo de la clase, al hermano del tronista, al de Vega, al que le gritan ¡¡Espabila¡¡, al que se le olvida atarse las botas, al que no trae cazadora, al que a veces juega menos por pequeño pero tiene el corazón más grande.
Te echamos de menos Saviola. Vuelve pronto.