Han tenido que pasar 10 años, pero Lydia Valentín ya tiene entre sus manos la medalla de plata que ganó en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Una medalla que le ha llegado una década después, una vez confirmados los casos de dopaje de sus rivales y superados los trámites burocráticos.
En un acto celebrado en el Comité Olímpico Español, la haltera berciana ha recibido la plata que le correspondía. «Estoy muy feliz por tener ya la medalla conmigo», dijo una Lydia Valentín que ahora confía en recibir pronto también el oro de Londres 2012, otra medalla que se le privó en su momento.
No ha sido la protocolaria ceremonia del himno, las banderas y las medallas de los Juegos Olímpicos, eso no volverá, pero ha sido un acto que ha reunido a algunos de los máximos responsables del deporte español como Alejandro Blanco, presidente del COE, al que Lydia agradeció su trabajo para que este momento llegara.
Ahora, la berciana pide aquello que, entiende, le corresponde, ya que «yo me siento campeona olímpica de Londres y subcampeona de Pekín y pido aquello que me corresponde». Valentín espera recibir el premio económico y las becas perdidas en su momento, ahora que tiene su medalla.