Todo empezó en el lejano 2009. El Ayuntamiento de León, animado por la creciente afición de los leoneses a salir a correr, organizó la primera media maratón que se hacía en la ciudad. Y la respuesta fue espectacular. Más de mil leoneses se enfrentaron al reto de correr 21km. Y muchos otros, animados por las sensaciones que les transmitían los que corrieron, comenzaron a entrenar y se pusieron como meta participar en futuras carreras. Y más o menos así comenzó el boom del running en León.
Alrededor de este boom surgieron escuelas para el corredor, tiendas especializadas en material de correr, programas de televisión y de radio dedicados al running. Y nacieron decenas de carreras populares. Cada pueblo quería tener la suya. Algunas eran de asfalto, otras de montaña y otras eran carreras de campo a través. Las carreras comenzaron a organizarse entre ellas en circuitos o ligas. Y los corredores empezaron a formar equipos. Y el calendario empezó a quedarse sin fechas para todas las carreras. Cada fin de semana se podía elegir en León entre varias carreras, lo que producía agobio entre los corredores que querían estar en todas.
Y de repente como cada pasa como cada boom de un día para otro todo cambio. Los corredores dejaron de ir a las carreras populares que pasaron de tener 300 corredores de media a no llegar ni a los 100 y en muchos casos ni a los 50 participantes. Y los programas de tele y radio desaparecieron, la mayoría de las tiendas cerraron, muchas escuelas desaparecieron.
¿Qué fue lo que ocurrió? Es curioso porque los parques siguen llenos de corredores y la práctica del running no parece haber bajado. Simplemente la gente ha dejado de participar en las carreras, quizá por motivos económicos o quizá porque simplemente se han cansado de carreras que se repiten edición tras edición y han perdido el aliciente por competir. O quizá un poco de todo.
En mi opinión el éxito de las carreras populares estaba más en la parte social que había en ellas. El hecho de competir en equipo y de encontrarse cada fin de semana con los tuyos en la carrera de turno les llevaba a desplazarse a cualquier punto de la provincia. Pero los corredores se han cansado y perdidos entre tanta oferta de pruebas han descubierto otras formas de socializarse fuera de las carreras y han decidido quedar con sus amigos a correr por donde les apetezca sin la presión de la competición, pero compartiendo al final del entrenamiento ese rato para la cerveza fría y la conversación.
¿Y que pasará en el futuro? Son muchas las carreras que a pesar de agonizar con apenas unas decenas de participantes continúan con la tradición de su organización año tras año. Otras, en cambio, han claudicado y han dejado de celebrarse. Y también hay casos de carreras muy consolidadas y con mucho prestigio que año tras año siguen convocando a un gran número de corredores e incluso consiguen cerrar las inscripciones días antes de la prueba. Estas últimas parece que serán las que sobrevivan a la caída de este boom que lo que sí consiguió, es que muchos leoneses dejaran su vida sedentaria y salieran a la calle a practicar deporte.