El fisioterapeuta del club vasco logró el pasado fin de semana el regreso a Primera División tras un agónico partido ante el Levante
Con el minuto 120 cumplido, y el balón en el punto de penalti, Asier Villalibre no dudó a la hora de mandar el cuero al fondo de las mallas para devolver al Deportivo Alavés a Primera División en la última jugada de la temporada. Un ascenso al año después de la pérdida de categoría que pudo celebrar en primera persona, junto al resto de componentes del equipo blanquiazul, el fisioterapeuta leonés Javier Elorrieta.
«En el momento en que el penalti se estaba revisando todos pensamos que no se iba a pitar, pero el árbitro fue muy valiente al hacerlo, y Villalibre al tirarlo», expresaba el natural de Asturias, pero adoptado leonés, ante el partido más importante de la temporada. Un ascenso que comparaba con el logrado en 2017 con la Cultural: «Aquello fue muy emocionante, pero no se puede comparar con el conseguido en Vitoria, que sea cual sea la categoría la afición y la ciudad lo vive muchísimo».

Un regreso a Primera que, precisamente, comenzó con el descenso en tierras levantinas. «Fue una manera de cerrar el círculo, ascender en el campo que descendiste y en el que debutaste en Segunda División», contaba Elorrieta. Y es que cuatro años hace ya desde que el fisioterapeuta leonés tomara la «difícil decisión» de llegar a Vitoria, y de ver «cómo el mal momento del año pasado se ha tornado al revés».
El ex fisioterapeuta de la Cultural elogiaba a su plantilla en cuanto a la «dificultad que tiene poder lograr el ascenso». «Para ascender necesitas hacer un año perfecto, mantener esas sensaciones durante toda la temporada, y aún así todo se decide por un penalti», expresaba un Javier Elorrieta que, nuevamente, vuelve a ser de Primera División.