La Cultural afronta la última jornada del campeonato recibiendo al Talavera (sábado, 19:30 horas) con la permanencia aún en juego
The last Dance. Se cierra el telón a una nueva temporada para olvidar en la ribera del Bernesga. Una última jornada para una Cultural que, nuevamente, no estuvo a la altura de sus posibilidades en la Primera Federación. Un último encuentro en el que, contra todo pronóstico mirando la valía del equipo en la primera vuelta, los leoneses llegarán con todo en juego para la cita en el Reino de León… aunque en el lado contrario de la tabla.
Porque, con dos puntos por encima del descenso, los de Isra Martínez tienen que entregar aún los deberes de la permanencia en este último choque. Con puntuar le vale a un equipo que bendice al destino las dos victorias frente a Deportivo y Real Madrid Castilla en este 2023; dado que de no haberse producido, los blancos afrontarían la última jornada en puestos de descenso.

¿Y si los leoneses no logran puntuar? Entonces arrancaría una quiniela en la que Sanse tendría que ganar al Alcorcón. Fuenlabrada debería imponerse a Unionistas. El Rayo Majadahonda tendría que ganar o empatar ante el Mérida. El Algeciras debería imponerse al Real Madrid Castilla. San Fernando tendría que imponerse a domicilio al Linares. El Ceuta debería ganar a la Balona y el Badajoz imponerse al Córdoba en Andalucía. Con cinco de estos siete resultados, los del Bernesga y el Torío serían carne de Segunda Federación.
Un Talavera que no ha dicho la última palabra
Al Reino acudirá un Talavera colista y ya descendido que no ha cantado su última balada. Un equipo que ya supo lo que es hacer sufrir a los blancos con el 2-3 de la primera vuelta en la que un tanto en el 88 de los, entonces, Edu Docampo evitaba el empate en tierras alfareras.

Y los antecedentes con los que llegan a la cita los pupilos de Pedro Díaz no aventuran ese paseo militar que cree el aficionado al club leonés. Y es que la pasada jornada a punto estuvieron de aguar la fiesta a un Racing de Ferrol líder con el ajustado 0-1 en el marcador. O qué decir del 4-2 con el que se impusieron al Pontevedra hace tres jornadas. Y el 1-1 logrado ante el Celta B; igual resultado obtenido por el cuadro leonés ante el filial celeste.
Última jornada de la temporada en el Reino de León. Una situación con la que ningún aficionado contaba al inicio de campaña y con la que, tristemente, se debería despedir el curso 22/23. Un punto vale para no tener que subir el volumen de los transistores. Una última alegría que dar o, del modo contrario, un preámbulo de un akelarre que tendrá serias consecuencias.