La Cultural cae ante el Mérida (3-1) y continua con una mala racha que puede hacerle peligrar la categoría
Roma no paga traidores… y entierra a perdedores. Porque antiguamente, eran los leones los que ajusticiaban a los prisioneros en el coliseo, y no al revés. Aunque seguramente si aquellos que debían pasar por el filo del gladius en la arena sagrada se hubieran encontrado con ese que apodan el Rey de la Selva sin dientes, calvo y con pocas ganas de pelear, es muy probable que el felino no hubiera acabado con buen resultado.
Porque en el también manto sagrado del Romano José Fouto, dos combatientes con igual pasado legionario se veían las caras con objetivos desiguales. Los llegados del ludus leonés, con la intención de asegurar cuanto antes la salvación. Los emeritenses, a gastar las últimas balas de opciones coperas. Y, en este caso, el primus acabó del lado local.
No eran reciarios, ni murmillos los gladiadores que este domingo se veían las caras, pero la carnicería se presenciaría de igual forma. Chuma adelantó el festejo, ese que quiso aguar un Obolskii en racha. Sin embargo, con el sol en lo más alto, Nacho González y Copete decretaría que el coliseo sería teñido con la sangre de los llegados de la Legio VII.
En caída libre
Porque ni tres minutos tardó el gladiador emeritense en asestar el primer corte al legionense. Un balón en largo de los locales acabó en el no entendimiento entre defensa y portería. Salvi Carrasco intentó llegar para despejar el balón, pero la bota de Chuma fue más rápida para levantar el cuero por encima del malagueño y asestarlo en las mallas.

Un golpe rápido y preciso que, sin embargo, sirvió para hacer reaccionar a los de Docampo. Una jugada ofensiva bien construida por los leoneses acabó en un disparo ajustado y certero del hombre gol en la segunda vuelta. Niko Obolskii se apuntó el séptimo tanto en esta temporada, el tercero consecutivo y el cuarto en los últimos cinco partidos, para volver a poner la igualada en el marcador y en la tabla de pichichi del club leonés.
Y es que el ruso está haciendo esos méritos que no pudo mostrar en la primera vuelta para volver a recoger la confianza de la institución. Un inicio de combate por todo lo alto que pareció aventurar una primera parte de gran nivel, aunque este estaba claro que no sería igual en los siguientes 35 minutos. Salvo un par de acercamientos por parte de ambas escuadras, la primera parte finalizaría con el 1-1 y la lesión de Jesús Álvarez.

La fortuna no sonríe al maño esta temporada, y en su intercambio, Cristian Pérez pareció pagar la falta de minutos sobre el verde. Entre tanto, la segunda contienda iniciaba con un latigazo al larguero de los locales buscando la segunda herida para los de Docampo. No tendrían que esperar mucho los de la antigua Augusta Emerita.
Un saque de esquina botado al primer palo no pareció correr peligro para la zaga leonesa en un principio, pero sí en un final. Frente a tres hombres en el área pequeña, Nacho González adelantó su testa para mandar el cuero al fondo de las redes de Salvi. Con el 2-1 en el marcador, el combate quedó visto para sentencia.
Intentaría Docampo una última jugada a la desesperada con un triple cambio que incluían a Muguruza, Fran Cruz y Medina, pero el efecto surgió un resultado diferente. Contra de los locales, semejante a la del gol culturalista, para dejar a Copete en la frontal, que no dudaría poniendo el disparo ajustado al palo de Carrasco. Imposible para el meta andaluz. Un último golpe asestado que ya fue mortal para los llegados desde el otro lado de la Vía de la Plata.
La agonía llegaría a su fin en el momento que el árbitro decretó el final de los cinco minutos de descuento. Faltó el «Respect for the rival» de Casillas en la final de la Eurocopa de 2012. Por un lado, celebración máxima del lado emeritense a costa de la sangre leonesa derramada sobre el verde del Romano. Por el otro, el espíritu dolido de un equipo que cruzó la Vía en busca de Plata, y encontró una nueva perdición. Restan cinco encuentros para finiquitar el campeonato, y una zona de descenso cada vez más cerca.