Un doblete del leonés, más los tantos de Blesa y Obokskii, no dan opción a la UD Sanse (4-1) y cierran 2022 a cuatro puntos de la promoción de ascenso
Ni Messi, ni Mbappé. La tarde de este domingo será recordada como la de la confirmación de la estrella más luminosa del frío cielo leonés. Esa de nombre Diego y de apellidos Pertejo Canseco; aunque para todos, ya es la estrella ‘Percan’. Ya había demostrado, allá ante Depor, Unionistas y Real Madrid Castilla, que su estela se podía ver en el firmamento. Pero, tras su doblete y asistencia ante la UD Sanse, ese que partió como líder de la Cecina Mecánica ya es un astro más que incluir en las cartas de navegación.
Cosas del destino, casualmente el partido donde se reivindicaría la estrella leonesa había acudido el futuro navegante de las estrellas, Pablo Álvarez, para confirmarla en su libro de rutas. Empezó de cabeza, le sirvió una bandeja para el fusile de Blesa, y finalizó nuevamente con la testa para ser espectador de lujo en la redondeada tarde que cerraba el misil de Obolskii.

La Cultural quería cerrar el año por todo lo alto. Una comilona navideña anticipada para confirmar a la Vieya´l Monte que estos chicos han sido buenos, y que el carbón se lo lleven otros. Porque, cierto es, la mejor final de todos los tiempos del Mundial se vivió entre medias en las gradas del Reino de León. Y, como si de un símil de tratara, Leo Messi cerró su etapa con la albiceleste como el mejor de la historia; al tiempo que un joven de León abría la puerta a un futuro prometedor.
Percan, capitán de lujo para un cohete rumbo a los playoffs
El partido estaba fijado a las 17:00, pero este empezó una hora antes en las gradas del Reino con la visualización en los videomarcadores de la final del Mundial. Mientras las estrellas internacionales se batían en Doha, las leonesas calentaban sobre el verde. Y, hablando de estrellas, el astronauta Pablo Álvarez realizaba el saque de honor en su mejor nave espacial. Del Reino a la Luna.

Y, como un cohete, la Cultural saldría a conquistar el planeta ‘Sanse’. No se había acomodado siquiera todo el público cuando Percan, mediante un remate de cabeza tras un saque de esquina, ponía el balón donde Pedro López tan solo pudo recoger. Golazo del leonés delante de los que escogieron animar a su equipo antes que ver a dos selecciones a 7.211 km de distancia.
La Cultural se gustaba. Disfrutaba. Y ese bienestar se confirmó en el segundo del encuentro. Jugada de Percan. La puso atrás para la llegada de Álex Blesa y voleón del levantino a las mallas madrileñas. De esos goles que pega en el palo y acaban entrando por agresividad. Con ello, el cuadro leonés confirmaba que era un cohete en pleno despegue. Al igual que Argentina, los de blanco mandaban y disfrutaban con el 2-0 en el electrónico.

Sin embargo, ciertos nubarrones quisieron poner difícil la navegación de los de la ciudad del Bernesga y el Torío. Salvi Carrasco sacó con la mano un cuero sin ningún tipo de dificultad; con la sorpresiva de que Arturo estaba justo delante para impactar el balón y recortar distancias. Error anecdótico para un portero que quiso dejar ver que los dioses también cometen errores. Sobresaliente por una grada que arropó al malagueño desde el primer segundo en el que cometió el fallo.
El juego, poco a poco, fue igualándose; aunque siempre sin peligro para los blancos. Se atascaron esas oportunidades que en la primera media hora de encuentro hacían enorgullecerse a la grada de su equipo. Justo al mismo tiempo que Mbappé aparecía para aguar la fiesta a la retirada de Messi de la selección. Pero ahí estaba Leo, en la prórroga, para devolver la alegría a Argentina; al tiempo que Percan ponía en órbita a los leoneses.

Nuevo saque de esquina de Castañeda. Despeje flojo de la defensa madrileña y la cabeza del canterano aparecía para firmar su doblete. Con el 3-1, y la roja a Villapalos (casualidad también el nombre) por parte de los visitantes, el encuentro ya no se podía escapar. Primera vez que el Reino veía tres goles de los suyos. Pues que fueran cuatro.
En una tarde en la que los que más lo necesitaban se lucieron, Niko Obolskii, ingresado en el segundo acto, se plantó de forma escorada delante del portero. Zurriagazo con toda la rabia del mundo y fin a la sequía para el ruso. La fiesta estaba ya cumplida, y la afición bajaba las cabezas para ver cómo Montiel daba a Messi el final del eterno debate.

La Cultural se da un festín navideño y, sobre todo, demuestra una vez más que tiene gasolina suficiente para llegar a lo más alto. Llega el parón, le seguirán Mérida y Linares Deportivo para acabar la primera vuelta; pero eso será después del turrón. Ahora, a disfrutar de las Fiestas y, en especial, de que ahora en el cielo hay una estrella más.
Fotografías: Irene Rodríguez