Doce minutos en la primera parte son suficientes para que la Cultural Leonesa encaje el 0-3 definitivo ante el Córdoba CF
«Winter is comming», reza una de las frases de la prestigiosa serie ‘Juego de Tronos’. Traducida de modo literal, el lema de la Casa Stark no hace alusión a que la estación más fría del año está cerca, sino que uno debe prepararse para prevenir y evitar los problemas que puedan llegar. Y es que el otoño acaba de hacer acto de presencia en la capital leonesa, pero esos atisbos del frío invierno leonés ya han logrado helar todo un Reino.
Cosas de la vida, y jugarretas del destino, ha sido un equipo andaluz, de la zona de este país en la que menos se esconde el calor, quienes han disfrutado de este gélido clima más que nadie. Tan solo hicieron falta doce minutos, del 20 al 32, para que la Cultural experimentase lo que este sábado experimentaron los de Luis Enrique ante Suiza: un bofetón de realidad.

Sergio Benito, que eso de hacerle gol a la Cultu y celebrarlo cual final de la Champions le sigue encantando, Javi Flores y Kike Márquez se encargaron de protagonizar el mejor arranque de la historia en muchas categorías españolas, la primera vez que los andaluces regresan de León con el botín completo en sus manos y de confirmar que esos fantasmas en la defensa que se creían ya encerrados están más sueltos que nunca.
Doce minutos como doce pesadillas
Para muchas culturas, el doce era su número talismán. Y es que dicho número se encuentra en el día a día de cualquier habitante de este mundo. Doce campanadas para dar paso a un nuevo año, doce meses en los que se dividirá y hasta doce apóstoles que circularon este sábado en la ‘Semana Santa’ más atípica en León. Y, en esta ocasión, sobre el verde del Reino, doce fueron los minutos que bendijeron a unos, y castigaron a otros.

Sergio Benito, nuevamente, un quebradero de cabezas para la afición blanca. No le quita el ojo a la Cultural y, esta vez no en fuera de juego pero sí empujándola, abría el telón de una función que comenzó con las peñas y charangas amenizando la Calle Ancha y proseguiría sobre el césped del respetable. Néstor Querol quiso replicar el acierto cordobés, mas su disparo se fue por encima del larguero. No pudo decir lo mismo Javi Flores.
Otra vez, rindiendo homenaje a Ferrol, un preciso y militar centro desde la izquierda encontró perfecta la cabeza del efectivo verdiblanco. Roce con la testa de Flores y el balón que entraba lamiendo el póster. Un gol que, de tener el cuello un centímetro más alto, se hubiera ido fuera. No se lo creía el Reino, sí se lo creyó Kike Márquez en la siguiente jugada.

Despiste de la defensa en un inicio de contrataque andaluz y el balón que quedaba perfecto para que el de Sanlúcar se la cruzara a un desesperado Salvi. Sólo los que estuvieran cerca del guardameta malagueño saben del grito de rabia y desesperación que el arquero culturalista lanzó tras confirmarse el 0-3 definitivo. Faltaba un mundo, eso sí, pero este ya estaba conquistado por los llegados del sur.
Al descanso uno puede pensar «se repartirán ahora los equipos»; pero esto no era una pachanga, sino la Primera Federación, donde cada error puede suponer la vida o la muerte. Cierto es que la Cultural mejoró en cuanto al control del cuero en la segunda mitad, sin embargo, en el fútbol mandan los goles, y estos no quisieron llegar.

Obolskii, revolviéndose en el área, logró sacar un buen disparo que atajó sin problemas el meta rival. Probó el míster con Claudio Medina y Percan, pero la pólvora con el frío bien se sabe que no funciona. El aliento de casi 5.000 espectadores, la mejor entrada en liga de la temporada, no terminó de prender la mecha; al menos sí de cortar la de los rivales. Salvi Carrasco prosiguió su buen hacer al que ya tiene acostumbrados para evitar una sangría mayor.
Con una doble ocasión, primero de Tarsi y luego de Jesús Álvarez, el encuentro llegó a su triste final. Golpe de realidad dirán algunos, adiós a las aspiraciones de mirar a los playoffs responderán otros. Cierto es que no es el final de la temporada, sino la jornada cinco; pero en una campaña como la del Centenario bien puede disgustar aún más si cabe este tipo de resultados. El otoño ha llamado a la puerta, la ofrenda a La Virgen del Camino en verano no pareció funcionar, tal vez San Froilán actúe como un mejor aliado.
Fotografías: Irene Rodríguez