Tras 30 años de la única cita olímpica española, en Historia MARCA León repasamos lo que fueron aquellas dos semanas y media para los representantes de la provincia
Para muchos, los mejores Juegos Olímpicos de la edad moderna. Es indudable que Barcelona ’92 supuso un antes y un después para el panorama deportivo olímpico. Una ciudad y un país entero volcado por hacer de aquella cita de dos semanas y media, irrepetible. Y, 30 años después, para todos los que estuvieron inmersos en aquellos días mágicos continúa siendo el mejor acontecimiento deportivo del siglo.
Una cita a la que León no pudo resistirse tampoco. Y es que desde bien pronto, la provincia hizo todo lo posible por quedar grabada en las páginas de la historia del olimpismo mundial. Sin ir más lejos, y siendo el cruce de dos caminos tan sagrados como el de Santiago y la Vía de la Plata, la antorcha olímpica no podía completar su recorrido de Atenas a Barcelona sin cruzar las calles de la capital leonesa.
Una primera toma de contacto que no iba a satisfacer al felino hambriento. Como en todos los Juegos Olímpicos, los deportes de exhibición del país anfitrión abrían una gran ventana al panorama internacional. Y allí quiso estar León y su lucha. Durante meses, el deporte más autóctono de la provincia luchó por poder tener presencia en la gran cita. Famosas son las camisetas de la Cultural con la frase ‘Lucha Leonesa Barcelona ’92’. Pero, finalmente, ese honor fue para la pelota vasca.
Llegada la cita, hasta seis leoneses tuvieron la suerte de representar a la provincia con la elástica nacional. Fueron Piluca Alonso y Mónica Pulgar en baloncesto, Cristina Fernández y Nieves Fernández en tiro de carabina, Margarita Ramos en lanzamiento de peso y Rodrigo Gavela en maratón. Dos semanas y media de competiciones en las que los recuerdos, las anécdotas y los pequeños detalles quedaron para siempre grabados en las retinas de los protagonistas.
Este lunes, en Historia MARCA León, Mónica Pulgar, Nieves Fernández y Margarita Ramos se han pasado por el micrófono rojo para recordar aquellos días mágicos en la Ciudad Condal. Cómo era la Villa Olímpica, esa flecha que encendió el pebetero y al mundo visto de cerca, conocer a Felipe VI y al Dream Team mientras sacabas una coca cola de una máquina expendedora…