La Cultural y Deportiva Leonesa vence y convence ante el CD Calahorra en la despedida de un mes de marzo para olvidar / Incluye vídeo resumen
Se acaba el ‘Puerto de Marzo’. Ese duro ascenso que tuvo como principales picos Majadahonda, Santander y A Coruña. Tres encuentros lejos de las fronteras del Viejo Reino que, sumado a las tablas ante la SD Logroñés, sumieron a la Cultural y Deportiva Leonesa en unas tinieblas propias del fondo del mar. Pero, hubo precipitación y equivocación, porque no era un barco que se hundía, sino un submarino que emergía.
Porque la visita del CD Calahorra al Reino de León cerraba ese mes de marzo frenético. Esa mala suerte mezclada con impotencia y falta de acierto. Y, en términos ‘futbolinísticos’, la Cultural quería acabar esta dura cuesta con una victoria que evitara a los de Curro Torres tener que ‘pasar por debajo de la mesa’. Y, señores, la limonada sabe mucho mejor con León DO que con Rioja. Y si no, que pregunten en barra a Ketu, Solís y Obolskii.
Todos los detalles del Reino de León
Porque no se podía fallar este sábado ante la afición leonesa. Esa que viajó a Riazor para ver a un barco funcionando, pero hundiéndose a causa de una brecha en su casco, tenía hoy una nueva cita con su amado club. Y los de Curro Torres no llegaban con todas las de ganar.
Y es que las ausencias en defensa de Fran Cruz, Rodri Suárez y Fidel Escobar hacían prever lo peor para un equipo leonés que ya con todos los efectivos atrás seguía haciendo agua. Pero, como bien se ha explicado, el respetable leonés se equivocaba. No era un acorazado hundiéndose en las frías sombras del fondo marino, sino un submarino emergiendo a la superficie tras un malo mes estudiando el suelo oceánico.
Con Jorge Moreno y Jon Ander Amelibia mandando en la defensa, y un Frank Angong que el técnico decidía alinear como titular, los leones salieron a cazar. Una caza que bien pudo complicarse en los primeros instantes con dos remates de Soto que se marcharon peligrosamente por encima del larguero. Sin problema ninguno, y es que al rey de la selva le gusta acechar a la presa antes de asaltarla.
Julen Castañeda, desde el carril izquierdo, visualizó a Kalvin Ketu dentro del área. Centro del vasco y remate a boca jarro del africano. Los leones olieron la sangre y la encontraron. El submarino sacaba el periscopio anunciando el error de confundirlo con un barco hundido. Y, precisamente, desde ese momento, la Cultural volvió a ser ese equipo eléctrico, rápido y conbinativo.
No se quedaron atrás los riojanos que, con un disparo de Soto que detuvo con grandes reflejos Dani Sotres, pusieron el miedo en el cuerpo de los leones. Un miedo que se encargó Alberto Solís de disipar. Niko Obolskii, que ya había visto el hueco para mandar el balón a Julen Castañeda en el primer gol, volvió a ponerse el guante para mandar, sublime, el balón al sevillano. Control del ex celtiña y disparo ajustado a donde no llegó el meta riojano.
La Cultural se gustaba, y solo el descanso evitó una sangría mayor. El bueno de Niko estaba en racha, solo le faltaba el gol. Y esa hambre voraz se vio saciada nada más arrancó el segundo acto. Álvaro Juan internó en el área, vio al de Tulsa solo en el área y, con una solemne espuela, el ‘Camarada’ mandaba el balón al fondo de las mallas para hacer el tercero en el electrónico.
Gol más que merecido para un jugador que nunca tira la toalla. Y la renta pudo ser mayor si el colegiado no hubiera anulado un gol legal de Ketu tras un rechace del guardameta al disparo inicial de Nahuel Arroyo. Se gustaba la Cultural. Y más con la entrada de Ander Vitoria y Aarón Piñán. Tal fueron las ganas de saltar al césped que la primera que tuvieron rozó el 4-0 con un centro del leonés que remató fuera el de Igorre.
El transcurso de los minutos hizo ver también que la zaga había aprendido la lección de los antecedentes de marzo. Con el pitido final, se pudo vislumbrar una imagen que hacía tiempo no se apreciaba. Y fue la de todo un estadio en pie aplaudiendo y felicitando a sus jugadores. A esos marineros que una mala racha no les apartó de su verdadero objetivo: el regalar tardes como la de este sábado a sus aficionados.
Queda poco para la Semana Santa, y en los bares de León ya se empieza a servir esa histórica bebida como es la limonada. Mejor con León DO que con Rioja. Los que nunca abandonaron el barco ya se la están tomando, mientras miran a aquellos que, con flotadores, se alejan más de ese submarino que una vez decidieron abandonar.