El extremo derecho del Ademar debuta con el conjunto nacional en la victoria por 33-29 ante Rumanía
Corre el minuto 35 de partido en el Polideportivo El Quirinal, de Avilés. La Selección española está imponiéndose a Rumanía por 19-17 en el primer duelo después del bronce en Tokio tras una primera parte muy ajustada (16-15). Es en ese momento en el que el técnico, Jordi Ribera, hace llamar a Gonzalo Pérez Arce.
Con el 66 a la espalda. Es la primera vez vistiendo la elástica absoluta, y el gesto serio del extremo leonés se divisa desde todos los puntos del feudo asturiano. Los nervios son calmados con un par de saltos y movimientos mientras espera en la banda. Por fin llega el momento. El criado en el Colegio Maristas, donde empezó todo en un pabellón en el patrio trasero del centro escolar, ocupa su lugar en el extremo derecho del 40×20.
Lo ha hecho mil veces en mil escenarios diferentes, pero el debut con los Hispanos es claramente distinto. Sin tiempo si quiera para hacerse a la idea, el balón le llega en la primera jugada. Bota el balón. Da dos pasos y se impulsa con su pierna diestra. Casi no hay ángulo, y en el aire debe pensar «he hecho esta jugada innumerables veces con el Ademar, no puedo fallar». Latigazo con la zurda al otro lado del portero y el balón acaba durmiendo en las mallas. Su primer partido como Hispano. Su primer tanto como Hispano.

Aunque la cosa no termina ahí. Pasan tres minutos de la acción de su estreno goleador y la misma situación se vuelve a repetir. El leonés en el extremo, ya más calmado pero igual de emocionado, vuelve a encontrarse cara a cara con el guardameta rumano. «Te he pillado la matrícula, esta vez no me la cuelas», piensa el cancerbero. Algo que intuye Gonzalo que, nuevamente alzándose al cielo, logra colar el balón por debajo de sus piernas.
La segunda mitad transcurre. Rumanía recupera la desventaja de cuatro goles y al ecuador de la segunda mitad el marcador refleja un 24-24. Sin embargo, los siguientes 15 minutos un gran Sergey Hernández en portería, y el acierto ofensivo vuelven a dar ventaja a los Hispanos.
Por tercera vez, le llega el cuero a Gonzalo Pérez, que había estado intercalándose con la zona central. Lleva dos tantos en su estreno, pero ese coraje leonés le obliga a seguir teniendo hambre. Esta vez el ángulo es menor, un defensor rumano le ha cerrado prácticamente ese extremo. No importa para él. De un empujón abre más sus opciones y, ya en el aire, abre su brazo como queriendo llegar al otro lado, y clava el cuero por la mismísima escuadra. Se pone en pie el banquillo y medio pabellón.

Quedan ya sólo dos minutos de partido y el marcador ya refleja un 31-27 en el marcador. Pero aún le quedaba una a ‘Gonzalín’. Entre dos torres rumanas intentando quitarle el cuero, el ademarista consigue, para sorpresa de todos, entregarle el balón perfecto a Figueras para que haga su tanto. Aplausos al catalán. Aplauso al leonés.
El final de los 60 minutos decreta el 33-29 en lo alto de El Quirinal. Final del primer amistoso después de la cita olímpica y ya con la ‘revancha’ del sábado en la mente. Aunque amistoso, el encuentro no quedará en el olvido en toda la familia marista y leonesa. Pues un nuevo león, uno 100% de la casa, ha empezado a escribir un nuevo capítulo en su prometedora y próspera carrera.
1 comentario
Artículo lleno de emoción, que recuerda los inicios mirando al futuro.
Palabras que reflejan el sentir y que se graban en el recuerdo. Gracias