La Cultural y Deportiva Leonesa cae ante el Celta de Vigo «B» (2-1) y dice adiós a la temporada
Mayo de 2018. Hagan el esfuerzo de recordar. Tras una racha de tres victorias consecutivas, la Cultural de Rubén de la Barrera puede sellar su permanencia en Segunda si se lleva los tres puntos de Tarragona. Al descanso, el resultado es de 0-2 para los leoneses. 45 minutos después, el 5-3 figuraba en el marcador. Dos semanas después, Soria. Un empate vale. Última bala. Minuto 5 y los del Reino ya perdían por 1-0.
Abril de 2019. La Cultural, con una victoria ante -precisamente- el Celta de Vigo «B» se colocaba como líder del Grupo I de Segunda División B. Un mes. Tan solo un mes después, los de Aira encadenaban una racha que finalizó en un «adiós» a los playoffs una jornada antes de finalizar el campeonato.
Junio de 2020. Último segundo del partido ante el Sabadell en los playoffs de ascenso. Con el 2-1 en el marcador, la Cultural acaricia la final. Pero un error en la defensa supone el tanto que fuerza la prórroga. Y peor sería en los penaltis. Quinto y último penalti. Paradón de Leandro. Antonio Martínez puede dar el billete al último encuentro. Pero el cuero nunca llega a entrar. Como tampoco el siguiente de Sergio Benito.
Abril de 2021. Los de Idiakez sacan un triunfo valiosísimo ante Unionistas. Una victoria, y los leoneses tendrían más de pie y medio en los playoffs de ascenso a la plata. El resto de la historia, la conocen de sobra. Un equipo ilusionante. Un club que, durante toda la temporada regala momentos únicos e inolvidables, se viene abajo cuando ya está todo hecho. Cuando tan solo hay que clavarle la puntilla al toro para finalizar la faena, los leoneses dan la espalda y piden al animal que les embista.
Todos los detalles de Balaídos
El escenario era idóneo para la motivación. Balaídos, más de un año después, veía como el público llenaba sus gradas. Pese a las tres derrotas pasadas, la Cultural y Deportiva Leonesa llegaba a Vigo tras realizar el ejercicio medieval de la tierra quemada. Borrón y cuenta nueva, utilizando un lenguaje más contemporáneo. Ramón González, en su primer encuentro en el primer equipo, dejaba en León a Sergio Marcos y se atrevía con la inclusión de Marcos (canterano) en el XI inicial.
Mucha ilusión, como bien se ha indicado líneas arriba. Como en todas y cada una de las jornadas que llevan los leoneses en los playoffs. Podría decirse que la Cultural tienen parecido a Las Fallas de Valencia. Un año entero de trabajo, de ilusión y emoción. Y, cuando llega el momento cumbre, es consumido en llamas en un abrir y cerrar de ojos.
Porque, como en todos los encuentros, los de Ramón González empezaron bien. Álvaro Juan avisaba con un disparo que se marchaba alto. De igual forma que Manu Justo respondía instantes después con un lanzamiento de falta, que se iba de igual forma a las gradas. El Celta no la olía. El juego se concentraba en el campo de juego gallego. Parecía que el tópico «entrenador nuevo, victoria segura» podía cumplirse.
Pero, esta historia ya se la saben; y cuando mejor están unos, ocurre la catástrofe. Una buena jugada del filial celtiña por banda derecha finalizó en un centro que impactó en el pecho de Galas. Sin embargo, parece ser que la mano comienza en el esternón, y el trencilla, cual Rompetechos, señaló la pena máxima. Once metros que serían transformados por Manu Justo.
Aunque ahí no iba a quedar el show del personaje creado por Francisco Ibáñez. Justo un minuto después, Éric Montes era derribado por Sequeira. «Sigan» señaló el susodicho. El colofón estaría en un tanto anulado a Dioni por mano justo al borde del descanso. La única acción bien pitada por el querido personaje cómico.
Tal vez fuera todo lo acontecido con el árbitro, o vaya a saber qué; pero el inicio del segundo acto supuso el final a otra temporada. Una perdida de Dioni encadenó una contra que finalizó Manu Justo con un potente disparo desde lejos del área. En ese momento, empezó ese ejercicio que tanto gusta hacer: el akelarre. Unos dicen que Zubiaurre podría haber hecho más (lo típico, echarle la culpa al portero), otros que fue el hueco en la defensa (no va mal encaminado), y otros, los que menos, la pérdida de Dioni. La cuestión que todos fallaron, y el 2-0 subió al marcador.
En ese momento, 3/4 de León apagaron el televisor y se pusieron a hacer los preparativos para el Día de la Madre. Mientras, los que se quedaron visionando el encuentro pudieron ver la impotencia y rabia en persona. Un equipo que tan solo había acumulado tres derrotas en 18 encuentros, estaba sufriendo la cuarta en su quinto partido.
Cuando las cosas no salen, cuesta remar hacia adelante. Y cuando la suerte no te acompaña, es imposible llegar a la costa. Sin embargo, los leoneses tuvieron un mínimo tiempo para soñar. Un despeje de la defensa impactó en el brazo de Lucas Cunha. El árbitro no se lo pensó y señaló la pena máxima. Una forma de pedir perdón por el de la primera parte, ¿tal vez? Cuestión que Dioni puso el 2-1 y tres minutos para intentar al menos un punto.
De nada serviría, sería el último tiro a puerta del partido. La Cultural dice «adiós» a la temporada cuando, hace un mes, ya pensaba en los playoffs. Se avecinan tiempos de caza de brujas en los aledaños del Reino. Lo peor está por llegar. Mientras tanto, Zamora ya espera para despedir oficialmente la campaña más rara de la historia del fútbol.