Todavía sin acabar este nefasto 2020, le queda tiempo al año para seguir sorprendiendonos a propios y extraños.
Leíamos hace unos días la noticia de un nuevo récord de un tal Messi. Otro más, no creo que nadie sea capaz de resumir cuantos acumula el astro argentino. En esta ocasión, superaba otro registro histórico, igualaba a O Rei Pele, como el máximo artillero en un mismo equipo. 644 goles en 17 temporadas en el FC Barcelona. Casi nada.
Supongo que a estas alturas de la película, a nadie debo señalar quienes son Pelé o Messi. Pero es que Leo es tan mágico como, a pesar de lo que podamos pensar, lo es es también la Navidad.
Y es que puede ser díficil y complicado creer en la magia navideña en el año del Covid, pero os aseguro que sigue existiendo.
Si Messi acumula 17 temporadas ya en el club blaugrana, un guardameta leonés también llegaba a ese registro en la Cultural y Deportiva Leonesa. Hablamos de Diego Calzado Pérez, uno de los pocos futbolistas leoneses que han triunfado en el fútbol, ahora convertidos en rara avis, contando prácticamente con los dedos de una mano, los jugadores de la tierra que siguen jugando profesionalmente al fútbol de alto nivel.
Y os estaréis preguntando que tiene que ver Leo Messi con Diego Calzado, más alla de la coincidencia de esas 17 temporadas vistiendo los colores de un mismo club.
La memoria tiene las patas muy cortas, y en el balompie más todavía. Pero hubo una vez, hace ya varios años, que los más pequeños no recordarán ya, donde Diego y Leo, Messi y Calzado, jugaban un encuentro uno enfrente de otro.
Corría el año 2009, la Cultural visitaba el Nou Camp para devolver la visita a os blaugranas en Copa del Rey. En León, Diego era suplente. Saizar fue el elegido por Iosu Uribe en el antiguo Antonio Amiliva (ahora Reino de León), pero en Barcelona el turno era para un paisano, para Diego el de La Chantria, el hijo de Mariano e Isabel. No era el único cazurro esa noche del 10 de Noviembre. Que diferencia con el actual fútbol donde encontrar un leonés es más díficil casi que frenar al 10 argentino.
La Cultural y el cancerbero lograban dejar la puerta a cero en la primera parte, llegando los 5 goles en la segunda mitad. Uribe disponía un 4-4-2 para tratar de frenar a un Barça que no dejaba nada al azar y salía con un super equipo para “machacar” a la Cultural.
Pedro, Bojan, Puyol, Busquets, Iniesta, Dani Alves y el propio Messi entre otros eran de la partida para enfrentarse a las huestes de Calzado: Jito, Yahve, Bandera, Tejedor, Chema Mato, o con los todavía en activo Ferrán y el portero Mikel Saizar, todavía haciendo de las suyas en el Amorebieta.
Y es que la magia navideña actuaba esta semana la semana más mágica del año por otra parte. Mientras Diego despedía a su tio Luis, un paquete llegaba a su centro de trabajo en el Olímpico de León, donde además ejerce de engtrenador del cadete B del club.
Una espectacular campaña de marketing de la conocida marca de cerveza Budweiser saltaba en las noticias. La marca cervecera realizaba una edición especial dentro de la campaña “Be a King”, conmemorando los 644 goles de Messi con el Barcelona.
Por supuesto, Buffon, Iker Casillas, Oblack, entre otros muchos recibían su botella o botellas en el caso de algunos. Diferentes medios a nivel mundial nos mostraban a las grandes estrellas con su botellin o botellines. Todos diferentes y todos con sus números. A Gigi Buffon le llegaban entre otros los números 514 y 515.
Y llegaba a León, la botella número 91, la de Diego Calzado. Quién le iba a decir a Calzado, que 11 años después, cuando en el 2009, compartía terreno de juego con un joven Messi, podría recibir un regalo a la salud del argentino.
Messi aquel día, entraba en el campo en sustitución de otro mítico jugador, Carles Puyol. Apenas 29 minutos por delante, pero suficientes para anotar frente a Calzado. Tres minutos bastaban al rosarino para hacer uno de sus 644 tantos.
Eso sí, Calzado defendía su orgullo y evitaba al menos un par de tantos más de Messi. Algo que recordará para siempre y que cuenta con orgullo a sus amigos y familiares y que algún día relatará a sus hijos y nietos. Y es que, si de algo puede presumir el bueno de Diego, es que a él, Leo sólo le metió un gol de esos 644. Algo que alguna superestrella no puede decir.