Ya arrancó este 2019 para los equipos leoneses de baloncesto y no lo hizo todo lo bien que cabía esperar, aunque Basket León y Aros lograron sumar importantes y ajustados triunfos, pero en el lado contrario se sitúan Ciudad de Ponferrada y Reino de León, que cayeron con claridad en sus partidos, no pudiendo completar por tanto una buena jornada para los equipos de la provincia.
Sangre fría para decidir al final
Comenzaba el año con un duro desplazamiento el Aros Patatas Hijolusa, que jugaba en horario matinal en la pista del Añares Rioja ISB, cuarto clasificado y que amenazaba con dar caza a las leonesas en la tabla, algo que evitaron las jugadoras de Moses tras un importante triunfo 72-76 que las asienta en la zona de playoff, con dos victorias de ventaja ya sobre la quinta plaza de este grupo A de Liga Femenina 2.
El choque disputado en Azpeitia fue muy igualado en todo momento, con ambos equipos alternándose en el mando en el marcador, pero sin que ninguno consiguiera nunca abrir la diferencia. Por parte local Lizarazu y Davydova lideraban la faceta ofensiva, siendo en esta ocasión Marta Canella la encargada de contrarrestar, ya que Dekeiya Cohen sufría con la defensa vasca y no encontraba el acierto de otros días.
El Aros acumulaba además muchas pérdidas, algo que compensaba con buenos porcentajes de acierto, llegándose a la recta final de partido con máxima igualdad, momentos decisivos en los que el Aros no acusó el cansancio del viaje y supo jugar con cabeza para asegurar un importante triunfo en el cierre de una primera vuelta que acaban en segundo lugar, a la estela de un Celta invicto que es el sólido líder.
Sufrimiento con recompensa final
Venía teniendo una gran trayectoria en casa el ULE iRiego Basket León, con victorias contundentes que compensaban unos resultados más irregulares como visitante. Pero esta jornada, la visita de Estudiantes Lugo Leyma Natura a punto estuvo de resucitar viejos fantasmas, ya que tras tomar una ventaja relativamente amplia, de nuevo el rival remontaba, aunque en esta ocasión fallaba el último tiro que le hubiera dado la victoria, dejando como definitivo el 82-81 que mantiene al equipo de Julio González en cabeza del grupo A-B de Liga EBA, aunque ahora ya solamente acompañado por los zamoranos del Virgen de la Concha.
El choque ante los lucenses ofreció alternativas para ambos conjuntos, ya que fueron los visitantes los que arrancaban mejor, con Janusavicius y Adrián López muy acertados ante un Basket León al que le costó un poco meterse en partido. Fue a partir del segundo cuarto cuando los leoneses empezaron a entonarse más, con Pablo Ruiz y Marcos Fernández brillando por fuera y Sergio Martínez haciendo un buen trabajo por dentro, algo que acompañado de la mejora defensiva en el tercer cuarto, permitía dar la vuelta al marcador y tomar una ventaja en torno a la decena de puntos que hacía pensar en un final relativamente cómodo.
Pero volvieron las desconexiones del equipo de Julio González, que vio como Estudiantes Lugo se reenganchaba tirando de acierto en el último cuarto, llegando incluso a ponerse por delante en los instantes finales, hasta que Tolliver con una buena acción ponía a los suyos un punto arriba, pero con doce segundos aún por jugares. Tenía por tanto el equipo visitante la opción de un ataque para llevarse el partido, pero el lituano Janusevicius no acertó en su intento triple, enterrando así las opciones de los suyos y dando un trabajado triunfo a Basket León.
Sin opciones en un partido para olvidar
El primer partido del año siempre es delicado para todos los equipos, y eso lo sabía el Bierzo Fitness Dentomedic Ciudad de Ponferrada, que visitaba a Aquimisa Carbajosa sin Sean McDonnell, uno de sus puntales, pero confiaba en el buen hacer de una plantilla que había finalizado 2018 en gran forma. Pero en tierras charras no salió nada, cayendo con claridad por 70-54, lo que apea del coliderato del grupo A-B de Liga EBA a los bercianos, que ya miran a la próxima jornada para quitarse el mal sabor de boca de esta derrota.
Desde el inicio se vio que no iba a ser sencillo, con Carbajosa imponiendo el ritmo ante un Ciudad de Ponferrada muy fallón en sus lanzamientos, lo que le obligaba a ir siempre a remolque. El que otras veces era un seguro de anotación, el canadiense Taevaunn Prince, iba sumando puntos, pero con muchos errores en sus lanzamientos, sin que el equipo encontrara un anotador alternativo, algo que aprovechaba Carbajosa para ir despegándose poco a poco, con Kendrix y Paul como jugadores más destacados.
Pese a no verse nunca a una distancia imposible de recuperar, el equipo blanquiazul no dio nunca sensación de poder remontar, al no encontrar en ningún momento el acierto necesario, lo que llevó a que los instantes finales carecieran de emoción, siendo una de las pocas notas positivas del encuentro la buena actuación del joven Álvaro Lorenzo, que firmó un doble-doble tras pelearse bien en la lucha por el rebote y mostrar descaro para buscar el aro rival.
Nuevo golpe a un equipo hundido
Van viéndose cada vez menos luces de esperanza para un Agustinos Leclerc Reino de León que se hunde cada vez más en la clasificación, sin conocer la victoria y sin sensaciones de poder reengancharse a la pelea por la salvación en el grupo A-B de Liga EBA. En esta ocasión, el golpe lo asestó Instituto Rosalía de Castro, penúltimo clasificado, que venció de forma contundente por 89-55 a los leoneses, a los que deja ya a tres victorias, siendo cinco el margen hasta la zona de salvación, algo que parece por tanto prácticamente imposible, dadas las sensaciones que transmite un equipo muy limitado en ataque y defensa.
Solo en los primeros compases del partido se vio algo de igualdad, rota rápidamente por el cuadro santiagués, que apretaba en defensa y anotaba con facilidad en ataque, abriendo hueco ya en el primer cuarto y consolidándolo antes del descanso, con Pablo Posse dirigiendo y Harguindey y Luis López anotando. Por el cuadro de Fermín Hueso, era Alberto García el que intentaba tirar del equipo, pero sin el acierto necesario y sin encontrar aliados en el trabajo ofensivo, por lo que la diferencia seguía siempre creciendo, terminando nuevamente en una derrota abultada, con el agravante de ser ante un rival directo, duro golpe para un equipo que a punto de terminar la primera vuelta ya se encuentra prácticamente desahuciado.