
El partido entre la Ponferradina y la Cultural parece haber dejado todo como estaba. ¿O no? El empate sin goles deja, en lo numérico, cosas que sí se mantienen como estaban, como la diferencia de cuatro puntos entre los dos equipos a favor de los bercianos, que, eso sí, dejan de ser líderes. El empate sin goles ante la Cultural y el triunfo del Sanse hacen que el equipo de Jon Pérez Bolo pierda la posición de privilegio en favor de los madrileños por la diferencia de goles.
La Cultural, por su parte, se mantiene en la posición en la que estaba. Un quinto lugar que no responde a las aspiraciones de un equipo llamado a estar más arriba y que sigue a un punto de los puestos de playoff. La victoria del Guijuelo lleva a los charros a empatar a puntos con la Cultural. Después, se abre una pequeña brecha de tres puntos con los perseguidores.
En lo numérico, ese sería el resumen de las consecuencias del derbi, que en cuestión de rachas, deja a una Ponferradina que solo ha ganado uno de los últimos seis partidos disputados y a una Cultural con ocho jornadas consecutivas sin perder, pero tres empates seguidos, lo que obliga a ganar el próximo domingo en la visita del Burgos CF al Reino de León.
Pero, ¿y las sensaciones? Ninguno de los dos equipos sale reforzado del derbi. También es verdad que ninguno sale muy perjudicado. La Ponferradina mantiene las sensaciones de ser un bloque sólido, difícil de superar, pero que arriba pierde sin sus grandes estrellas. Yuri se perdió su segundo partido por sanción y Dani Pichín solo tuvo minutos al final del encuentro. La estrategia no le funcionó a Bolo en un partido con varias acciones a balón parado.
En la Cultural, sigue sin ser el equipo dominador que se esperaba. Salió con un equipo para controlar con calidad el balón por dentro, pero sufrió en la primera parte las mencionadas acciones de la Ponferradina y su mayor peligro llegó en las recuperaciones de Antonio Martínez y la salida en velocidad. Pero la banda izquierda, con Josep Señé y Nicho, se perdía en ataque.
En la segunda mitad, con la salida de Jorge Ortiz y la aparición de más huecos, la Cultural dio un paso adelante, pero no generó ocasiones peligrosas, ni disparos a puerta. El debe de un equipo que, sin embargo, sí se mostró seguro atrás, con un Iván González más capitán que nunca sobre el campo y que completó una gran actuación.
El derbi se puede definir como un combate nulo. Nadie golpeó, nadie salió golpeado. Ahora, los dos equipos tendrán que mantener la lucha en sus objetivos en caminos paralelos, que no volverán a cruzarse hasta el próximo mes de abril, donde volveremos a disfrutar de un derbi que, eso sí, en esta ocasión dejó como gran noticia el buen ambiente en las gradas y la ‘no noticia’ de incidentes.