En la semana que el Real Madrid Castilla visita el Reino de León para enfrentarse a la Cultural, un nombre propio acapara portadas y textos en toda la geografía nacional: Vinicius Junior.
A días de hoy, no se sabe si estará jugando a orillas del Bernesga o lo hará a las órdenes de Julen Lopetegui en el primer equipo. Ya da igual, ya no importa. El partido cambia de protagonista. La Cultural y León devolverán una pequeña parte de lo que merece otro jugador. A alguien que no ha costado 45 «kilos», pero que ha dado siempre más de lo que se le ha pedido.
En las buenas y en las malas. en las duras y en las maduras, en segunda y en tercera, cuando se cobraba bien y cuando no se cobraba, siempre estaba ahí. Ese jugador no es otro que Diego Calzado, ya ex jugador y ex capitán de la Cultural y Deportiva Leonesa (aunque capitán seguirá siendo, o al menos ejercerá como tal).
Con 17 años a sus espaldas en la casa blanca, nunca tuvo un mal gesto hacia su club, y es ahora, cuando su club, o su «casa» como dice él mismo (con permiso de Lidia), le va a rendir un homenaje más que merecido.
Hombre de club, como los que ya no hay, ejerce de administrativo y comercial, de técnico de los más pequeños, de entrenador de porteros, y de lo que haga falta por y para su equipo.
Dicen que en su DNI pone como dirección, estadio Reino de León o Área Deportiva de Puente Castro, lugares donde es fácil encontrarle con esa humildad característica suya.
El domingo cuando haga el saque de honor, todo un estadio le rendirá pleitesía y el público volverá a entonar el «¡Diego Calzado, Lo, lo, lo, lo.. Diego Calzado¡».
Quizás la blanca sonrisa de Vinicius no aparezca el domingo, pero si la del ex guardameta leonés, el hijo de Mariano e Isabel, sus padres, que junto a su hermano Sergio, se sentirán orgullosos de un chico de barrio que no ha costado 45 millones pero que ha llenado el corazón de varias generaciones de aficionados.
Escucha las palabras de Diego Calzado: