La atleta berciana ganó dos nuevos oros tras superar a sus rivales tanto en arrancada como en dos tiempos en la categoría de 75 Kg
El deporte leonés y español vuelve a escribir una nueva página en su ya extenso libro de éxitos. Y es que, en la mañana de hoy, la haltera nacida en Ponferrada Lidia Valentín ha vuelto a hacer lo que mejor se le da: ganar medallas. Dos oros, exactamente, se ha colgado la berciana tras superar, sin oposición, a sus rivales en las pruebas de Arrancada y dos Tiempos en la categoría de 75 Kg en los actuales Juegos del Mediterráneo en Tarragona.
La atleta leonesa inició la jornada de la mejor manera posible en el concurso de arrancada al efectuar un primer levantamiento de 105 kilos. Una marca que ninguna de sus rivales pudieron igualar dando, por tanto, fin a la prueba y, por consiguiente, el primero de los dos oros para la heroína española. La francesa Gaelle Nayo fue la que más se pudo acercar a la berciana con un levantamiento de 99 kilos, resumiendo su intento con la medalla de plata. El bronce fue para la turca Rabia Kaya, con 98 kilos sobre su cabeza.
Tras ello, Valentín levantó –en su segundo intento- la marca de 110 kilos; y 112 en el tercero. Finalizando esta primera prueba de arrancada con mucha solvencia y muy superior a sus oponentes pese a no llegar a su máxima marca; establecida en 124 kilos.
Aunque ahí no acabaría la cosecha de oros para la leonesa. Sobre el suelo de la pista de la localidad tarraconense de Constantí, el segundo concurso de dos tiempos dio el pistoletazo de salida. Una prueba que volvió a tener, como principal rival de la berciana, a la francesa Nayo, al dejar una marca de 128 kilos en el primer intento, por 130 de Valentín.
Tras un segundo intento en el que la española consiguió 137 kilos, la francesa no pudo acercarse tras desistir con 136 kilos; por lo que Valentín rechazó su tercer intento tras conocer su medalla de oro al término del segundo. Una modalidad en la que tiene una mejor marca de 150 kilos.
El listón de la atleta leonesa parece no tener límite. Con 33 años, su palmarés es digno de admirar, con una carrera impecable y en un estado de forma superior al de cualquier contrincante. El deporte leonés vuelve a estar de enhorabuena. Una gratitud que parece no tener fin.