La Cultural ha vivido una temporada de altibajos desde que en el pasado mes de agosto comenzará su andadura por la Segunda División hasta que el pasado sábado se perdió la categoría en Soria. Un inicio ilusionante, que nubló la realidad de algunos, y que posteriormente dio paso a 13 jornadas consecutivas sin ganar.
El final de 2017 e inicio de 2018 dejó buenos resultados en casa y malos a domicilio. En febrero, la Cultural cayó a descenso y no lo abandonó hasta abril. La reacción posterior, no acabó con el final deseado. El descenso acabó siendo una realidad con la llegada de junio.
Agosto – La temporada comienza agitada
La Cultural comenzó su andadura en la Liga 1|2|3 visitando al Lorca, donde recibió el primer golpe de la temporada. El equipo se vio sorprendido de inicio con una derrota que a muchos les sirvió para darse cuenta de la nueva categoría. No iba a ser nada fácil y allí se vio.
Pero una semana después, la cosa sería distinta. La primera gran alegría y la primera gran remontada llegó contra el Osasuna. Los goles de Iza y Rodri, en tiempo de prolongación, le dieron a la Cultural sus primeros puntos de la nueva etapa en el fútbol profesional.
Septiembre – Una ilusión de Primera
Los puntos siguieron llegando y la Cultural se convirtió en la sorpresa de la Liga por su fútbol, su atractiva locura y sus partidos de ida y vuelta. Victoria en Sevilla, un empate loco ante el Real Valladolid o el triunfo ante el Huesca, que dejaba a los leoneses a las puertas del liderato en la quinta jornada.
Pero la alegría no iba a durar. Una semana después, comenzó en Vallecas una racha de 13 jornadas consecutivas sin ganar. La Cultural recibía su primer gran varapalo futbolístico ante un Rayo Vallecano que posteriormente sería de Primera División.
Octubre / Noviembre – Los reyes del empate
Después, la Cultural se abonaría a los empates. En siete partidos, seis empates para el equipo de Rubén de la Barrera, que sumó en campos importantes como el Ramón de Carranza o La Romareda, pero dejó escapar victorias en casa ante el Almería o el Albacete.
En total, de la racha de las 13 jornadas sin ganar, la Cultural obtuvo 9 empates, algunos que supieron a mucho, como los conseguidos ante el Cádiz, cuando se perdía 2-0 o contra el Córdoba en la misma situación, y otros que dejaron la sensación opuesta, como frente al Alcorcón en el Reino de León.
Diciembre – Caída al descenso
El final de año dejó a la Cultural en un momento muy complicado tras su derrota en Lugo. Probablemente, el peor partido de toda la temporada, que acabó con una dolorosa derrota y la caída a los puestos de descenso. El Lugo, por aquel entonces enrachado, pasó por encima de una Cultural que ya miraba al partido del Nàstic de Tarragona como fundamental para su futuro inmediato.
Ahí conseguiría la Cultural una de las mejores victorias del año. Pero despediría el 2017 con otro mal partido y otra clara derrota en su visita al Real Oviedo en el Carlos Tartiere.
Enero – El Reino de León suma puntos
Ese mes, la Cultural jugó tres de los cuatro partidos en casa, lo que le permitió sumar 7 de los 12 puntos en juego. Las victorias, sufridas, ante el Lorca y el Sevilla Atlético, y el empate, que supo a muy poco contra el Numancia, dejaron a la Cultural a las puertas de un febrero donde todo iría mal.
Febrero – Mes horribilis
En Valladolid comenzó un febrero desastroso para la Cultural. Ocurría lo contrario que en enero y el equipo leonés tuvo que jugar tres partidos a domicilio, uno de los grandes problemas durante toda la temporada para los de Rubén de la Barrera. Y llegaron cuatro derrotas en cuatro partidos.
Tras perder en Zorrilla, la Cultural caía a los puestos de descenso, donde estaría instalada durante 10 jornadas. Dos largos meses que llevaron a muchos a perder definitivamente la fe en el equipo y en Rubén de la Barrera.
Marzo – El técnico se la juega
El tercer mes del año comenzó con casi una final para Rubén de la Barrera y su futuro. El equipo recibía al Reus en León y necesitaba ganar para no alejarse de la permanencia y para no hacer explotar a una afición que siguió con el equipo y organizó un recibimiento poco habitual al autobús. Se ganó.
Pero luego llegaría otro tramo complicado. Las duras derrotas ante el Sporting, por abultada, y contra el Cádiz y el Real Zaragoza en casa, por dejar escapar puntos por errores, provocaron una delicada situación en el ánimo de la afición.
Abril – Reacción a base de ‘hombres y no nombres’
En el peor momento llegaba la Cultural a la final en Barcelona. La tensión se sentía ante la necesidad de sumar de tres contra un rival directo. De esa semana queda la comparecencia de Rubén de la Barrera y sus mensajes hacia una plantilla que respondió en el Mini, el lugar donde empezó todo.
El equipo aguantó un resultado favorable que consiguió pronto. Lo hizo con diez, tras la expulsión de Antonio. Y aquello fue un punto de inflexión. El partido ante el Tenerife dejó media hora de un fútbol superior, que luego se convirtió en sufrimiento para lograr la victoria. Moutinho libró un punto en Granada y se ganó la ‘final’ ante el Córdoba.
Mayo – Oportunidades perdidas
Quedaban cinco jornadas por delante y la permanencia dependía de la Cultural. Pero el equipo dejó escapar oportunidades que se le plantearon. En Alcorcón, el punto se dio por bueno, aunque al final del partido el premio pudo ser mejor. Pero ante el Lugo y el Nàstic, la Cultural se complicó la vida.
Primero, perdiendo dos puntos ante un Lugo sin objetivos y que empató en León en la recta final del partido. Y luego, desperdiciando un 0-2 que tenía al descanso en Tarragona. Muchos miran a esos partidos como las grandes oportunidades perdidas para la permanencia.
Junio – Adiós al sueño de la Segunda
Y al final, pese a la victoria contra el Real Oviedo, todo se decidió en la última jornada. En la visita a Soria. La Cultural dependía de sí misma, pero fue el único equipo de los implicados en la pelea por la salvación que no cumplió.
La derrota contra un Numancia que acabaría en playoff, lleva a la Cultural a la Segunda División B después de una temporada que ha sido una montaña rusa de sensaciones para el equipo y la afición. Una andadura por el fútbol profesional que ahora todos esperan que no se haga esperar 42 años más.